Lecturas
EL NOVIAZGO ANTIGUO
Se dice, pues, que hace muchos años, allá por el siglo pasado, los muchachos y las muchachas no se hacían novios como ahora, tan facilito. No creas, su trabajo les costaba hacerse novios.
Cuando un muchacho le echaba el ojo a una muchacha y la quería para su novia, se iba al monte a rajar una carga de leño de la mejor, la iba escogiendo que estuviera bienseca, ardedora, gruesa, no barañitas; hacía con ella un tercio grande y bajaba a dejarlo en la puerta de la casa de la muchacha. Allí quedaba la leña todo el día, y si la muchacha pasaba la leña pa'dentro de la casa, era que sí lo quería, y ya quedaban de novios. Esa era la señal.
Pero si la muchacha no cogía ningún leño, el muchacho tenía que ir a recoger el tercio y llevarlo, casa por casa, hastaencontrar a una muchacha que sí lo quisiera. Y luego, cuando ya eran novios, él tenía que hacer eso era para demostrar que sabía cumplir con sus deberes.
La muchacha tenía la obligación de hacer un pantalón y una camisa, para ver que también cumpliría con sus deberes de casada, "no que ahora las muchachas se casan sin siquiera saber cocer unos tristes frijoles".
Fuente: CONAFE, Cuéntanos loque se cuenta, México, 1996.
Cuento
- El tigre y el grillo -
Una vez iba caminando un tigre por la selva muy quitado de la pena, cuando de repente pisó el estiércol de una vaca y salió un grillo enojadísimo de debajo de ese estiércol, y le gritó al tigre:
-¿Por qué me tumbas mi casa?
El tigre volteó para todos lados, pero no vio nada, hasta que oyó un como chillidito, y que se vafijando en un animal, más bien en uno de esos que les dicen insectos que levantaba sus patas delanteras como queriendo pelear.
-¡Aquí estoy, junto a tus patas, y quiero que me hagas una casa porque ésta ya me la desbarataste!
-¿Cuál casa te hice pedazos si no veo más que una caca de vaca?
-Pues aunque te burles, ésa era mi casa y allí vivía yo muy a gusto. ¿Por qué me la hiciste pedazos, aver, por qué? -gritaba el grillito con todas sus fuerzas, amenazando al tigre.
-Y si no quiero, ¿qué me vas a hacer? -le contestó aquel animalote, nada más para divertirse y burlarse del pobre grillo.
-Mira, no te burles, porque aunque no lo creas, te puedo perjudicar.
-¿Tú? ¿A mí?... Bueno, cálmate; te propongo que luchemos todos los de tu especie contra todos los de mi especie, y sigano no te hago la casa, pero si tú ganas te haré la casa como tú me la pidas.
-Está bien -respondió el grillo- a las dos de la tarde nos encontraremos en la Barranca Verde, allí te estaré esperando con todos mis compañeros.
Y así fue.
El tigre reunió zorras, leones, lobos y toda clase de animales feroces, de uña. Entonces ordenó a la zorra que fuera a asomarse para ver si ya estaban elgrillo y los de su especie en el lugar de la cita.
Y sí, allá estaban todos. Había avispas, zancudos, jicotes, abejas y toda clase de insectos que casi no hacían bulto, porque eran muy chiquitos.
-¿Ya reuniste a tus compañeros? ¿Dónde están? No veo nada -decía la zorra como burlándose.
-¿Pues qué no los ves? ¡Míralos, ahí están todos!
-¿Y a poco crees que con esos cuantos animalitos nosvas a ganar? Esos, ni para mí sola.
Entonces la zorra, como se creía muy superior a ellos, le dio un manotazo al montón de insectos y que se le vienen todos encima y la empiezan a picar por todos lados. La zorra quería quitárselos a fuerza de manotazos, pero era peor, hasta que, ya medio loca de dolor, se tiró a una pila de agua que estaba por ahí. Cuando la zorra vio que ya no había enemigo alfrente, salió muy espichadita de la pila y se fue corriendo con sus compañeros.
-¿Ya está listo el enemigo en la Barranca Verde?, preguntó el tigre.
-Sí -contestó secamente la zorra.
-¿Y ora por qué vienes tan bañada?
-Porque en el camino me dio calor y por eso me bañé.
El tigre entonces dio un gruñido terrible que quería decir: ¡Al ataque! y ai fue bajando todo aquel animalero...
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