Lecutar
Subió al tren saludando a todos, contento como siempre y emocionado porque era la primera vez que abandonaba su lugar que lo vio nacer. Pero lo sorprendióla cara seria y malhumorada de las personas que viajaban en el tren. Ellos se dirigían a sus trabajos, a visitar parientes o para realizar trámites en la ciudad, no los conmovía el viaje como a Julio.El paisaje maravilloso distrajo a nuestro viajero, que pronto se olvidó de sus compañeros y retomó su sonrisa cálida.
Al llegar a la ciudad, apenas bajado del tren, unos policías lo detuvieronpor sospechoso. Tras muchos interrogatorios, se vino a enterar que lo que despertaba sospecha, era que anduviera tan alegre si tenía tan pocas pertenencias. Julio les explicó sus razones. Aunque no losconvencieron, no tenían motivos para retenerlo y lo dejaron salir.
A Julio le quedó una desagradable experiencia, pero decidió olvidarla y dedicarse a buscar las maravillas que tenía la ciudad.
Alestar en la calle, pudo notar que todos corrían, dirigiéndose a alguna parte. Seguramente tendrían algo muy importante que los aguardaba. Por ello fue que Julio se dedicó a seguir a un hombre queparecía saber bien lo que hacía. Al cabo del día, sólo habían caminado de un sitio a otro, sin hacer nada trascendente. Julio se sintió desilusionado y se fue a dormir a un parque.
Allí pudo ver quelos jardines y caminos, estaban cubiertos por papeles y artículos de plástico, mientras que los cestos estaban vacíos. Julio no comprendió las razones para aquello. Intentó juntar toda aquella basura,pero la tarea era imposible. Por cada papel o envase que él juntaba, algún paseante arrojaba otro al suelo. Aquello parecía de locos.
Se fue entonces, buscando alguien que estuviera haciendo algo...
Regístrate para leer el documento completo.