Legalizacion

LEGALIZACION

Etimológicamente, legalización quiere decir colocarse bajo el' amparo
y, claro es, sujetarse o someterse a la Ley; más estrictamente, se
pretende con ella dotar de fuerza pública un documento que nace y se
desenvuelve en el ámbito del Derecho privado. Lo que emana directa o
inmediatamente de la autoridad del Estado, del poder supraestatal o, en
términos generales, de lascorporaciones políticas reconocidas por el
Derecho constitucional, se halla, por sí mismo, legalizado. Como dice
Enneccerus (I, 147-IV, 2), «la autorización judicial o notarial de un documento
sustituye a la legalización pública». Luego, en buenos principios,
lo mismo cabe afirmar respecto al documento autorizado o expedido
por cualquier funcionario público en el legítimo ejercicio de susfacultades.
En lo histórico, la legalización presenta numerosos aspectos que han
contribuido, en mayor o menor grado, a su consolidación y desenvolvimiento.
Resaltamos tres de ellos, siguiendo el orden de su aparición
o la influencia ejercida en su arraigo.
Sin apurar antecedentes más remotos, que se hallarían, sin duda, el
ius sigüli, o selladura feudal, símbolo quizá el más representativo delos poderes del señor, era un verdadero refrendo, un pase necesario para
la eficacia de los mandatos del Rey o del Juez: en suma, una verdadera
legalización, si bien de matiz eminentemente político y, por ello mismo,
en buena parte extraña al,concepto etimológico que hemos configurado.
«El sello fue el signo parlante de la alta justicia, de la suprema autoridad
de reyes y magnates.» (NÚÑEZLAGOS: Hechos y derechos en el
documento 'publico.)
Pero al lado de la selladura, diríamos individual, sobre documentos
preexistentes—valga la redundancia—en la que resplandece su verdadero carácter, ya en el siglo xvn Olivares introducía el papel sellado,
expresivo del año de su impresión: el conde-duque, apremiado por exigencias
del Fisco, otorgaba generalidad (y, con ello, cuanto ganaba enextensión lo perdía en intensidad o eficacia) a un sistema o institución
de orígenes jurídico-políticos, y lo trasplantaba al campo de lo económico
y del Derecho privado: en efecto, como fácilmente se echa de ver,
este sellado nada o muy poco se relaciona con la verdadera legalización,
y en realidad, lo que con él se pretende es percibir un impuesto.
¿Qué otra cosa significa el sellado de lasletras de cambio, pese a que
tan amplia trascendencia se confiera a este requisito, al punto que un,
defecto en este orden de cosas prive al documento de fuerza ejecutiva?
No ha de desdeñarse tampoco, dentro de lo limitadamente privado,
la humana aspiración a dotar de una mayor eficacia aquellos actos o
contratos en cuyo otorgamiento estuvo ausente cualquier representación
de la autoridad delEstado. Y aun propende a garantizar la autenticidad
de futuros documentos mediante la previa encuademación y
foliado, seguidos del sellado y diligenciamiento de las hojas contenidas
en un libro.
Se trate, pues, de una prerrogativa de la soberanía, de un arbitrio
administrativo para la recaudación de impuestos, o más propiamente de
adherir o incorporar el símbolo del Poder Público a aquelloque ve la
luz en la esfera de lo privado o particular, en la selladura, legalización,
legitimación o diligenciado—que todas estas fórmulas se han empleado
con no demasiado tino—, resplandece siempre un reconocimiento de la
autoridad del Estado. Coordinados los intereses públicos y los privados,
la legalización se ha extendido y subsiste justamente, pero en ciertos
casos dentro de unoslímites dudosamente necesarios: cierto fetichismo
que, cual vegetación parasitaria, haya medrado en su torno, constituye
defecto de poca monta y fácil siempre de corregir.
Insistiendo en el punto de vista que se deja sentado al principio,
estimamos que la legalización, en su cabal sentido, parte o debe partir
del supuesto de un documento privado al que, de alguna forma, se le
quiere hacer...