Leido EL MALESTAR EN LA GLOBALIZACIÓN J Hellip
Joseph E. Stiglitz
EL MALESTAR EN LA GLOBALIZACIÓN
Índice
PRÓLOGO
Agradecimientos
CAPÍTULO 1. LA PROMESA DE LAS INSTITUCIONES GLOBALES
CAPÍTULO 2. PROMESAS ROTAS
CAPÍTULO 3. ¿LIBERTAD DE ELEGIR ?
CAPÍTULO 4. LA CRISIS DEL ESTEASIÁTICO.
DE CÓMO LAS POLÍTICAS DEL FMI LLEVARON AL MUNDO AL BORDE DE UN COLAPSO GLOBAL
CAPÍTULO 5. ¿QUIÉN PERDIÓ A RUSIA?
CAPÍTULO 6. LEYES COMERCIALES INJUSTAS Y OTROS AGRAVIOS
CAPÍTULO 7. MEJORES CAMINOS HACIA EL MERCADO
CAPÍTULO 8. LA OTRA AGENDA DEL FMI
CAPÍTULO 9. CAMINO AL FUTURO
PRÓLOGO
En 1993 abandoné la vidaacadémica para trabajar en el Consejo de Asesores Económicos del presidente Clinton. Tras años de investigación y docencia, ésa fue mi primera irrupción apreciable en la elaboración de medidas políticas y, más precisamente, en la política. De ahí pasé en 1997 al Banco Mundial, donde fui economista jefe y vicepresidente senior durante casi tres años, hasta enero de 2000. No pude haber escogido unmomento más fascinante para entrar en política. Estuve en la Casa Blanca cuando Rusia emprendió la transición desde el comunismo; y en el Banco Mundial durante la crisis financiera que estalló en el Este asiático en 1997y llegó a envolver al mundo entero. Siempre me había interesado el desarrollo económico, pero lo que vi entonces cambió radicalmente mi visión tanto de la globalización como deldesarrollo. Escribo este libro porque en el Banco Mundial comprobé de primera mano el efecto devastador que la globalización puede tener sobre los países en desarrollo, y especialmente sobre los pobres en esos países. Creo que la globalización —la supresión de las barreras al libre comercio y la mayor integración de las economías nacionales— puede .ser una fuerza benéfica y su potencial es elenriquecimiento de todos, particularmente los pobres; pero también creo que para que esto suceda es necesario replantearse profundamente el modo en el que la globalización ha sido gestionada, incluyendo los acuerdos comerciales internacionales que tan importante papel han desempeñado en la eliminación de dichas barreras y las políticas impuestas a los países en desarrollo en el transcurso de laglobalización.
En tanto que profesor, he pasado mucho tiempo investigando y reflexionando sobre las cuestiones económicas y sociales con las que tuve que lidiar durante mis siete años en Washington. Creo que es importante abordar los problemas desapasionadamente, dejar la ideología a un lado y observar los hechos antes de concluir cuál es el mejor camino. Por desgracia, pero no con sorpresa,comprobé en la Casa Blanca —primero como miembro y después como presidente del Consejo dé Asesores Económicos (un panel de tres expertos nombrados por el Presidente para prestar asesoramiento económico al Ejecutivo norteamericano)— y en el Banco Mundial que a menudo se tomaban decisiones en función de criterios ideológicos y políticos. Como resultado se persistía en malas medidas, que no resolvíanlos problemas pero que encajaban con los intereses o creencias de las personas que mandaban. El intelectual francés Pierre Bourdieu ha escrito acerca de la necesidad de que los políticos se comporten más como estudiosos y entren en debates científicos basados en datos y hechos concretos. Lamentablemente, con frecuencia sucede lo contrario, cuando los académicos que formulan recomendacionessobre medidas de Gobierno se politizan y empiezan a torcer la realidad para ajustarla a las ideas de las autoridades.
Si mi carrera académica no me preparó para todo lo que encontré en Washington D. C., al menos me preparó profesionalmente. Antes de llegar a la Casa Blanca había dividido mi tiempo de trabajo e investigación entre la economía matemática abstracta (ayudé a desarrollar una rama...
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