lengua

LA VENGANZA DEL LORO
Doy mi palabra de loro: no hay animal más intratable que un gato. El gato que desdichadamente vivía en la misma casa que yo, por ejemplo, era traicionero y vengativo.Cada vez que el perro del dueño –un simpático bulldog- le daba una paliza, él, gato, trataba de desquitarse conmigo. Por esa razón yo había buscado refugio de la que solo salía de un pequeño agujero paraprocurarme comida.
Para mal de males, era este un gato inmortal. Por lo menos media docena de veces vi que el perro lo dejaba frito; sin embargo, después revivía: se sacudía un poco el polvo,estiraba las patas y salía caminando como si nada hubiera ocurrido.
Al primer lugar al que se dirigía cada vez que recobraba la vida era a las proximidades de mi jaula. Con expresión de felinocriminal, introducía sus garras entre los alambres e intentaba alcanzarme. Por mi parte, chillaba y me debatía a aletazos tratando de asustarlo con mi pico abierto. No se detenía hasta verme despumadoy mal trecho.
Otra cosa que enfurecía al gato era escuchar los cuentos que leían en voz alta los chicos de la casa. Los niños tenían un libro de cuentos de animales: en la mayoría de losrelatos aparecían loros simpáticos e inteligentes que resolvían los problemas haciendo uso del don de hablar que tenemos los loros, al igual que los humanos.
La viveza de los loritos de loscuentos despertaba la envidia de mi enemigo, que luego se entretenía haciendo bailar mi jaula colgada de un gajo del limonero. Horas así. Y yo adentro: mareado, muerto de miedo.
Hasta que se meocurrió algo para librarme de él. Aquel día el gato andaba contento porque el bulldog se había marchado de la casa (sospecho que debido a una astucia del gato), de manera que se sentía el rey del patio.No entiendo demasiado el idioma de los gatos pero creo haberle escuchado decir algo así como “ahora mando yo”. Como quiera que fuera, estaba claro que al no estar el perro me tendría a maltraer todo...