LENGUA
Clase N 15
Además de los habitantes de los cerros, del gaucho y del indio, los seres marginados tenían
para Dávalos una atracción muy fuerte. El tema de los deficientes mentales, los “opas” como
son llamados en nuestra ciudad, captaba su atención; tanto en sus poemas como en su
narrativa.
Y al retratar a esos personajes, retrata sus creencias, supersticiones, religiosidad ycostumbres. Para finalizar el estudio de tan importante escritor, que podría bien ser tema de
toda la materia, leamos uno de sus poemas más famosos: el del Duende Coquena. En él,
describe a ese personaje bien salteño, y cómo premia a quienes no cazan vicuñas con
armas de fuego.
LA LEYENDA DEL COQUENA
Cazando vicuñas anduve en los cerros.
Heridas de bala se escaparon dos.
-No caces vicuñascon arma de fuego,
Coquena se enoja - me dijo un pastor.
- ¿Por qué no pillarlas a la usanza vieja,
cercando la hoyada con hilo punzó?
¿Para qué matarlas, si sólo codicias
para tus vestidos el fino vellón?
-No caces vicuñas con arma de fuego,
Coquena las venga, te lo digo yo.
¿No viste en las mansas pupilas oscuras
brillar la serena mirada del dios?
-¿Tú viste a Coquena?
-Yo nunca lovide,
pero sí mi agüelo - repuso el pastor;una vez oíle silbar solamente,
y en unos tolares, como a la oración.
Coquena es enano; de vicuña lleva
sombrero, escarpines, casaca y calzón;
gasta diminutas ojotas de duende,
y diz que es de cholo la cara del dios.
De todo ganado que pace en los cerros,
Coquena es oculto, celoso pastor;
si ves a lo lejos moverse las tropas,
es porque invisiblelas arrea el dios.
Y es él quien se roba de noche las llamas
cuando con exceso las carga el patrón.
En unos sayales, encima del cerro,
guardando sus cabras andaba el pastor;
zumbaba en los iros el gárrulo viento,
rajaba las piedras la fuerza del sol.
De allende las cumbres de nieves eternas,
venir los nublados miraba el pastor;
después la neblina cubrió todo el valle,
subió por lasfaldas y el cerro tapó...
Huyó por los filos el hato disperso,
y a gritos, en vano, lo llama el pastor.
La noche le toma sentado en cuclillas,
y un sueño profundo sus ojos cerró.
Cuando el alba tiñe - limpiando los cielosde
rosa las abras, despierta el pastor.
Junto a él, a trueque del hato perdido,
Coquena, de oro le puso un zurrón.
No más en los cerros guardando sus cabras,
las gentesdel valle vieron al pastor;
Coquena dispuso que fuese muy rico.
Tal premia a los buenos pastores el dios.
La alabanza a la tierra
Para estudiar este tema tan característico de la poesía salteña, tomaremos a Manuel J.
Castilla. Este escritor vivió del periodismo y del ejercicio de las letras. Recibió numerosos
premios. Es, al igual que Dávalos, un poeta muy reconocido.
Algunos de suspoemarios más importantes son: La tierra de uno , Bajo las lentas nubes,
Cantos del gozante, Triste de la lluvia. Su poesía experimenta una notable evolución.
Comenzó scribiendo romances rimados y simples, y fue evolucionando en su propio estilo
hasta lograr reaciones llenas de imágenes de gran belleza.
Leamos algunos de sus poemas. Al hacerlo, presenten atención a las cosas que alaba de su
tierray vaya anotándolas en una hoja.
Esta tierra es hermosa
Esta tierra es hermosa.
Crece sobre mis ojos como una abierta claridad asombrada.
La nombro con las cosas que voy amando y que duelen;
montañas pensativas, lunas que se alzan sobre el chaco
como una boca de horno de pan recién prendido,
yuchanes de leyenda
en donde duermen indios y ríos espendente
gauchos envueltos en una gruesacáscara de silencio
y bejucos volcando su azulina inocencia.
Todo eso quiero.
Y hablo de contrapuntos encrespados
y de lo que ellos paran virilmente sangrientos
cuando el vino en la muerte es un adiós morado.
Esta tierra es hermosa.
Déjenme que la alabe desbordado,
que la vaya cavando
de canto en canto turbio
y en semilla y semilla demorado.
Ocurre que me pasa que la pienso despacio
y...
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