Lengua

Todo empezó un sábado a la mañana, cuando estaba desayunando. Empecé a sentir algo raro en mí. Primero sentí que me dolía el estómago, pero luego comprendí que era mucho más que eso.Tipo 11 salí para el club, como lo hacía todos los benditos sábados. No era algo que no me gustase, ya que hockey era mi deporte favorito, pero este año habían cambiado mucho las cosas. Mepusieron un entrenador nuevo, quien era un estúpido. Todos los días que nos veíamos estaba de mal humor y con una terrible cara. Yo no sé porque era así, pero su presencia era insoportable.Llegué al club. Hicimos la entrada en calor. Empezó el primer tiempo, entré de titular, como solía hacerlo. Pasaron 5 minutos y nos metieron un gol. Ahí comenzaron los primeros dolores. Sentía undolor muy intenso en mi espalda, como si llevase una roca de una tonelada. Entonces le pedí a mi entrenador de salir. A principio, no me dio bolilla y se hizo el que no me había escuchado.Pero la segunda vez que lo llamé, no solo me di cuenta de que me dolían las manos, sino también las piernas y la cabeza. Sentía que me estaba achicando, que me estaba haciendo diminuta. Derepente me caí al piso, parecía que me estaba desvaneciendo. Me costaba respirar y casi no veía.

Lo último que recuerdo, fue estar tirada en el piso, con los ojos cerrados, escuchando a todasmis compañeras gritar. Sentía que me estaba muriendo por dentro pero, al mismo tiempo liberándome. Sentía satisfacción y al mismo tiempo tristeza. Tristeza por dejar a mis papás y a misamigos, pero alegría por no tener que levantarme nunca más a las 11 de la mañana para hacer algo que ni siquiera me gustaba.

Comencé a gritar, sentía dolor en las piernas, que por lo visto yano las tenía. Pero lo que si tenía de más, eran bracitos. No lo podía creer, me había convertido en una pequeña pero linda mariposa. Entonces comencé a volar. Al fin, era libre.