Lengua
Anochece, son cerca de las siete dela tarde, a esta hora tendría que estar jugando con Sally, su hermana pequeña; pero en este momento no se para a pensar en eso, solo le importa ver salir del portal a Marcos.
La cajetilla de Chesterreposa a su lado, el cigarrillo se consume al tiempo en que ella absorbe su contenido, es la primera vez que se compra un paquete. Nunca creyó que le haría falta, pero las circunstancias lo exigen.Marcos nunca salió del portal, es obvio, esta muerto.
Por suerte su muerte fue rápida e indolora, pero ella jamás creyó que tenía que prescindir de su compañero hasta por lo menos cincuenta años pordelante.
Su móvil, apoyado en su mano, suena una vez. Otra más. Y otra. Se nota a la legua que no quiere hablar con nadie. La pena y la angustia la invaden a medida que pasan los minutos, se dacuenta de que lo único que hace allí es perder el tiempo. Las lágrimas rompen en sus ojos y el nudo que tenía en la garganta por fin pudo escapar dando rienda suelta a un llanto incesable.
Marcos ya noesta a su lado para besarla por las noches, o jurarle amor eterno antes de irse de vuelta a su casa. A sus dieciséis años Amanda había perdido el amor de su vida sin explicación alguna, sin previoaviso, sin poder despedirse. Cada vez brotaban más pequeñas gotas cristalinas de sus ojos verdes, haciendo que las mejillas se le congelaran con el soplo del viento.
Marcos había perdido la vida de unamanera brutal y poco predecible, su alma se había ido hace cuatro duras semanas, en el parque de atracciones de Madrid. Tras haberse subido cuatro veces al pulpo con su novia y amada Amanda, decidióque esa vez tenía que subir solo porque tenía que sentir la adrenalina pura en sus venas. De fondo, la canción Vértigo de U2 agarrotaba la tripa por culpa de su fuerte volumen. En un momento, solo en...
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