lenguage

Dialogo
Valentina: no me gusta el olor del ajo, por extraño que parezca. Yes que a nosotros los chechenos nos fascina el ajo, no solo el olor, sino comerlo en grandes cantidades; en nuestra comida…o simplemente crudos, como si fueran caramelos. La mejor explicación de este hecho singular me lo conto mi abuela.
Mariana: los chechenos habitaban, hace muchos, muchos años, en lo más alto de lasmontañas y dentro de lo más oculta de la naturaleza, rodeados de animales salvajes. Nuestros antepasados cayeron en cuenta de que cuando comían ajo despedían un olor especial que ahuyentaba a lasfieras –especialmente a las serpientes –y se aseguraron de que así fuera siempre.
Valentina: aunque quienes ahora nos persiguen y nos quieren aniquilar no son animales salvajes, si no seres que caminan endos pies. Ya había aplastado 22 ajos en este mortero y la habitación olía profunda mente a ajo. Me sentí mareada. Pero no sé si era por el olor a ajo o porque estaba inquieta. No soy buena cocineray esto de preparar djirdigish.
Para todas las visitas que esperábamos me tenía nerviosa, tanto que corté el pollo demasiado grandes y algunas personas se quedaron solo con la salsa.
Mas tardecuando mi madre regresó, vino acompañada de varias amistades, la mayoría eran viudas y había algunos viejos. Los pocos hombres jóvenes que conocíamos no podían venir porque eran perseguidos por lapolicía, porque ser miembro de una organización nacionalista que luchaba por separar a Chechenia de Rusia. Mi madre y mis hermanaos también pertenecían a la misma organización.
Miré a mi madre dereojo, sin atreverme a hacerlo de frente, porque supe que la tristeza que iba a encontrarse en sus ojos rojos e hinchados sería demasiado para mi, y yo debía estar fuerte y ayudar a servir la comida.Nadie conversaba ni en voz baja, sino en cuchicheos silbantes, acercándose los rostros ansiosos unos a otros. Noté que dos mujeres y un hombre que yo no conocía se acercaron a mi madre y...