Letras Españolas
Adorno expone que la forma del ensayo es débil y no permite la relación entre la ciencia, la moral y el arte. Esta falta de tradición le confiere la libertad de referirsesiempre a un objeto previamente formado.
El ensayo no obedece las reglas del juego de la ciencia y de la teoría, según las cuales el orden de las cosas sería el mismo que el orden de las ideas, el ensayono apunta a una estructura cerrada, deductiva o inductiva, sino que, ante todo, se subleva contra las doctrinas que defienden. Y lo cambiante, lo pasajero y lo efímero constituyen algo indigno parala filosofía.
La ciencia rechaza la forma, cumple con los cánones de formalidad. Por el contrario el ensayo es forma, el ensayo se atiene a su forma crítica, sus conceptos no se construyen a partir dealgo primero ni se redondean en algo último.
Adorno responde a esto diciendo que, si bien el ensayo es subjetivo, los procedimientos y técnicas a través de los cuales el crítico aborda el objeto sondiferentes de los del artista, pues el crítico trabaja con objetos preformados. Y este objeto, siendo una contradicción en sí mismo, no presenta una solución de la cual el crítico deba dar cuenta.Así, el ensayo se diferencia del arte por sus medios –los conceptos– y su pretensión de verdad, pero se aleja de la ciencia por su falta de objetividad. No debe aspirar en absoluto a tener rasgos deexposición artística.
Así, entonces, la relación sujeto-objeto, en el texto de Adorno y en el ensayo entendido como una formación discursiva carente de tradición, supone una relación dialéctica en dondetotalidad y fragmento no se resuelven. Y en el modo en que se establece dicha relación radica la capacidad autónoma del ensayo.
El ensayo mismo no se presenta como una creación ni pretende unatotalidad, el ensayo se nos presenta como una impronta, como algo espontáneo. Como bien afirma Adorno, no pretende buscar lo eterno en lo pasajero y destilarlo de ello, sino eternizar lo pasajero y, de...
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