Levantada Del Niño Dios

-Cuento de Navidad-











FUEGO DE NIEVE


















Malpasz 2010








I.

El chasquido mantenía temblando al cable. La electricidad seguía haciendo su trabajo, pero la mano que accionaba el interruptor mostraba síntomas de cansancio.

Bert sabía que no era buena idea la de su jefe.La había discutido desde la creación de este nuevo taller, localizado unos 600 metros del original; pero sus argumentos habían llegado a oídos sordos.

Ahora él tenía que padecer las malas decisiones. Su jefe, a miles de kilómetros de aquí, poco sospechaba que sus palabras yacían aventando chispas sobre la mesa de metal.

El hombre de apenas medio metro de altura, sujetaba el interruptor 43E,tipo Y, el cual podía inyectar en el cuerpo inerte frente a sí lo mismo aire que una corriente intermitente.

Cada inyección de calor, proveía de una posibilidad de existir, pero ¿quién quisiera despertar para saberse obsoleto?

La escarcha de la ventana continuaba amontonándose, cual curiosa peregrina que encontraba su suerte en un vidrio con censores digitales. Muy contrario a lo que sepensaría, pocos eran bienvenidos a este sitio. Los millares de empleados que se daban cita cada temporada, eran más que revisados en su momento de contratación.

Pero esta noche no era momento para pensar en jornadas forzadas, tumultos en los pasillos con herramientas desgastadas y gritos que anunciaban que esta sería la primera vez en la historia que no terminarían a tiempo.

Apretó el botónrojo y por un instante quiso sentir el cosquilleo de la luz bajando a la extremidad derecha. Fue tan real la sensación, que no se sorprendió cuando ese pie movió los dedos. Falanges de metal, con punta de luz, cada uno listo para asir, rotar y pulir.

“Siempre serán mejores los tiempos de antaño” dijo en voz alta Bert, pero también ya se le había prohibido la nostalgia. Sin querer darle muchotiempo a la idea, pasó la mano por la espalda del artefacto y accionó el interruptor. “Al final todo se reduce a un ON”, pensó esta vez el enano.

Y los servos y conductores se pusieron a andar. Vida no podría llamarse, pero sí inteligencia artificial. El aparato humanoide emitió los bips de encendido, se sentó y miró fijamente a Bert.

¿Cómo mandarle hacer una tarea cuando la misión ha sidoculminada, las bodegas vaciadas y el dueño de la línea de producción partido?

Bert se dio cuenta de su ambición y error. Despertar, o reconectar, a lo que está diseñado para una tarea específica, requiere de reprogramación si se desea realice una nueva función.

El golpeteo de la escarcha indicó que el viento subía su fuerza. Si Bert deseaba terminar su plan, más le valía salir de ahí deinmediato. Con todo y el humor que significaría para un forastero ver esta escena, el enano tomó de la mano a la máquina, la bajó de la mesa y la arrojó rumbo a la puerta de salida.

Ambos, poco sospechaban, que la luna estaba ya en otro sitio y la noche con su espacio infinito no haría mucho por este duende y su robot.


II.

Era como lo había previsto. Cada pisada del androide hacia el trineomostraba la fragilidad del diseño. Los ingenieros del taller nunca pensaron que se usarían para estar a la intemperie, mucho menos bajo una ventisca como esta.

Si no corría con agilidad Bert los siguientes doscientos metros hacia el trineo, lo mismo terminaría llegando con un muñeco de nieve con cables y circuitos hechos piedra por entrañas. La sola idea llevó al duende voltear a ver la reaccióndel robot, él mostraba su sentido de alerta y asombro a lo máximo que su complexión facial se lo permitía.

Bert agradeció que los constructores no hubieran optado por el diseño clásico de la barba y nariz redonda. Esos duendes ya existían plagando los jardines en Britania, como para perpetuar el cliché en el polo norte.

En cambio, su unidad llamada S21 no parecía estar al tanto de sus...