Ley 30

Reforma a la Ley 30: ¡Entérate, no te dejes engañar!
Por: Christian Roviro Portilla Caicedo


En los últimos meses se han venido presentando protestas por todo el territorio nacional,encabezadas por estudiantes de universidades públicas, como rechazo a la reforma a la Ley 30 de 1992, Ley que regula la Educación Superior en Colombia. Esta situación ha desencadenado un paro nacionalindefinido que pone en la cuerda floja la finalización de los semestres académicos de los estudiantes.
Esta reforma pretende convertir la educación superior en un servicio, y no en un derecho fundamentalcomo debería ser, dejando en manos del capital privado la financiación de las universidades públicas, que desde hace varios años ya vienen con un déficit presupuestal alarmante, que las ha obligado agenerar ingresos por sus propios medios, como programas de extensión, investigación, aumento de matrículas entre otros.
¡Pero no hay que dejarse engañar! El Gobierno afirma que esta reforma pretendesolucionar el problema del presupuesto, sin embargo es una gran mentira, pues lo que se pretende es que los estudiantes se financien por medio del crédito educativo, es decir que se endeuden por variosaños después de terminar su carrera, pagando al final hasta tres veces por ese crédito. Por otro lado, el Estado habla de mayor presupuesto, pero también habla de mayor cobertura y la Ministra deEducación se ufana afirmando que 600 mil jóvenes van a tener acceso a la educación superior, pero el aumento del presupuesto depende el IPC y ese pequeño porcentaje no alcanza a cubrir el costo porestudiante. En resumidas cuentas, el presupuesto es casi el mismo, pero los estudiantes seremos más; esto lógicamente se traduce en una disminución de la calidad de la educación.
No podemos olvidarnostampoco de la inversión privada y cómo afecta esto la autonomía universitaria. Serán los gerentes de los grandes consorcios los que determinarán los contenidos técnicos y científicos de acuerdo con sus...