Ley de Procedimiento Administrativo comentada por Hutchinson
RÉGIMEN
DE
PROCEDIMIENTOS
ADMINISTRATIVOS
Ley 19.549
Decreto reglamentario l.7!>9/72,
texto o r d e n a d o .1.991 según reformas
introducidas por decreto JÍW3/9I
Con remisión al texto constitucional de 1994
Revisado
y
comentada
por:
TOMÁS JIUTCIIINSON
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hir.7. por rnnr.iirnn d r l Suprrior Trilumnl d r J u n l í r i n de Tierrn drl l u»*pn. rvmidrtii" drl f>lrj>¡.i
(Ir I n M f i p t B lT R t n r » dr Tirrrn d r l Fiirpo. IVnfr.Jinr t i h i l n r por rntirnn" »lr- Drrrrlm AdtiiÍMÍ«linfivn rti
I R Fneiiltntl fie Dc.rrrlm (I'IIA) y d r Mrrer.ho AdinÍHÍ«1rit1ivo I I ni ln Fnrnllnd d r Cirn
tinivr.míditdrs dr Hrlurmio, Arp¡e.nlÍHn dr InF.mpresn. y nnrionnlr* de M n i " drl P I R I R y de I R Pnln^oinn.
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5
n
adición
actualizada
y
ampliada
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EDITORIAL
DK ALFRF.OO
C I U D A D
Y
ASTRIÍA
RICARDO
D I !
B U E N O S
2000
DIÍPALMA
A I R F S
PREFACIO
A
LA
QUINTA
EDICIÓN
Cinco son los sentidos (aunque la mujertenga un sexto: el de gastar,
lo que el hombre gana), cinco son los dedos de la mano, cinco son los
elementos fundamentales (agua, tierra, aire, fuego y, sin ninguna duda, el
scoich), cinco son las estaciones que tiene el pueblo donde nacf (las del
tiempo y la del ferrocarril) y cinco son las ediciones que, con ésta, logra
este libro ( c o m o se ve, ya no v i v o de milagros; dependo de e l l o s) .
Sin duda alguna, es la última edición de este milenio; así que si usted
llegó hasta aquí leyendo, aproveche y cómprelo porque con el tiempo será
un incunable ( ¡ ! ) .
Lo he actualizado con la jurisprudencia y doctrina más importante y
he dejado la misma estructura, y c o m o estoy actualizando la obra mayor
de este conjunto normativo, quizá sea también la última edición con estascaracterísticas (aunque el editor se tire de los pelos, ya que piensa que una
obra que se vende no debe alterarse, según las reglas del mercado, tan endiosado por estos lares).
Con lo poco que queda, frente a mí, del quinto de los elementos a los
que me refiriera en un principio, debo reconocer que la primera de las ediciones de este libro la escribí no porque lo hubiera querido, sino que lo
hice, básica yprincipalmente, por la fuerza generadora de Alfredo Dcpalma, que insistió en incluirme en la colección Texto Legales Astrea. Bastante tiempo pasó desde entonces, y como A l f r e d o ya está retirado - gracias
a lo que hemos producido los escritores- debo lidiar con su hijo Alejandro.
Bastante parecido en las cuestiones materiales - c ó m o será que hasta puede
con un escocés-, pero menos caprichoso- p o r su juventud- a la hora de
escuchar a los autores en las cuestiones de índole formal, tan importantes
en una obra.
Pero ocurre que, a pesar de todas las actualizaciones, este libro se basa
en un texto escrito hace tiempo, por un Tomás ílutchinson que ya no soy,
y como no v i v o obnubilado en la creencia a ciegas de lo que digo, quizá
debería replantearme algunas cuestiones teniendo encuenta la experiencia
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1'kEÍ-ACIO A LA QUINTA EDICIÓN
ilc todos eslos unos y, fundamentalmente, ni ver la magnificencia de esta
naturaleza y sus silencios, analizar si vale iu pena continuar reflexionando
sobre el derecho y sus avalares.
Justamente, ante el panorama que presencio, todas esas cosas -derecho, procedimiento, gobierno, e l e - tienen tan poca relevancia. Estoy en
la falda de unmonte, viendo allá abajo serpentear el río Olivia, custodiado
por los espíritus de las viejas leyendas y el silencio que me rodea. Hasta
que no hube gustado el sabor de la Palagonia -y sobre lodo de su parte
sur-, no supe lo que significa para mí su tranquilidad y su soledad, ni imaginé lo que en esta tierra encomiaría ni lo que ella me enseñaría y con qué
fuer/a habría de quedar grabada en mi...
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