leyenda boliviana
- ¡Oh!, ¡Oh, cómo me gustaría poder cantar!, pensó el armadillo.
Aunque él no las entendía, las ranas cantaban mientrasjugaban:
- ¡No seas ridículo!, ¡Los armadillos no pueden cantar!.
Y el pobre, humilde y resignándose se marchaba.
Un día una familia de grillos se mudó a una nueva casa cerca del armadillo, y sesorprendió al escuchar los chirridos y cantar tan alegremente como las ranas. Nuestro amigo se deslizaba junto a su casa y escuchaba y escuchaba todo el día y toda la noche sus sonidos musicales.
- ¡Oh!, ¡Oh, cómo me gustaría poder cantar!, pensó el armadillo.
- ¡No seas ridículo!, ¡Los armadillos no pueden cantar!, cantaban los grillos en sus tonos dulces.
Sin embargo, el armadillo no entendíasu idioma, y por eso sólo suspiró con nostalgia y escuchó sus hermosas voces riéndose de él.
Hasta que un día llegó un hombre camino que lleva una jaula con canarios. Ellos cantaban y revoloteabanentonando canciones que eran más bellas aún que las de los grillos y las ranas.
El armadillo estaba en trance. Siguió al hombre de la jaula por el camino tan rápido como sus pequeñas patitas lepermitían, escuchando el canto de los canarios.
- ¡Oh!, ¡Oh, cómo me gustaría poder cantar!, pensó el armadillo.
En el interior de la jaula, los canarios gorjeaban y se rieron.
- ¡No seasridículo!, ¡Los armadillos no pueden cantar!, cantaban los canarios.
El pobre armadillo cansado, no podían mantenerse el ritmo del hombre de la jaula, y finalmente cayó agotado a la puerta de la casa del granhechicero que vivía en la zona. Al darse cuenta de dónde estaba, el armadillo decidió a pedir un deseo al mago.
Tímidamente, el armadillo se acercó y le dijo:
- Señor hechicero , lo que más...
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