Leyenda de Macusa
Páginas: 4 (909 palabras)
Publicado: 9 de septiembre de 2013
LEYENDA DE LA REYNA MACUSA
Aquel invierno había sido cruelmente frio. La nieve lo cubría todo y el hielo había adquirido contextura pétrea. Los animales y las plantas congelados. Las pocas llamasque quedaban se apretujaban junto a las rocas ateridas y hambrientas. Los hombres y las mujeres de todas las edades se desesperaban en sus “Ch’uhllas”, atacados de mortíferos males que desgarrabansus pulmones. Solo los cóndores osaban desafiar a la nieve y a los vientos, surcando de tanto en tanto los cielos ennegrecidos de tormento.
Allinkapaq el rey de la región, desde su palacio de“Ch’uhlla” mayor de la comarca, contemplaba el paraje cubierto de blanco con angustiada tristeza, viendo como la naturaleza parecía inevitablemente bajo la fuerza destructora del invierno y sintiendo como nopodía hacer nada ante aquella tremenda vorágine de frio, por la salvación de Macusa, su región consorte, que se debatía atacada del mal de frio, entre estornudos y toses que le destrozaban las fibrasdel pecho hasta hacerle fluir borbotones de sangre.
Hacia muchos días que nadie asomaba a la cabaña señorial. Los cortesanos todos habían perecido victimas del mal de frio.
En estas algiascircunstancias llego el cóndor a la cabaña, entro en ella y al encontrar al rey abatido y a la Reyna postrada y casi agónica, ofreció sus servicios.
Mi esposa Macusa se muere. Ayúdame señor de losaires. Id a buscar a los más sabios curanderos de la comarca le dijo el rey.
Oh, buen rey de los poderosos; vuestros vasallos han sucumbido y a los pocos que quedan se debaten, presas del mal queaqueja a vuestra esposa.
Acaso es entonces inevitable la muerte de Macusa? ¡Oh, destino cruel! Se quejó dolido allinkapaq.
Pero iré en busca de un curandero, no importa hasta el fin del mundo.
Ydiciendo esto partió el cóndor. Pronto su figura enorme desapareció en la inmensidad del cielo y la distancia. Voló sin descansar y por todas partes solo veía desolación y muerte. Todos los...
Aquel invierno había sido cruelmente frio. La nieve lo cubría todo y el hielo había adquirido contextura pétrea. Los animales y las plantas congelados. Las pocas llamasque quedaban se apretujaban junto a las rocas ateridas y hambrientas. Los hombres y las mujeres de todas las edades se desesperaban en sus “Ch’uhllas”, atacados de mortíferos males que desgarrabansus pulmones. Solo los cóndores osaban desafiar a la nieve y a los vientos, surcando de tanto en tanto los cielos ennegrecidos de tormento.
Allinkapaq el rey de la región, desde su palacio de“Ch’uhlla” mayor de la comarca, contemplaba el paraje cubierto de blanco con angustiada tristeza, viendo como la naturaleza parecía inevitablemente bajo la fuerza destructora del invierno y sintiendo como nopodía hacer nada ante aquella tremenda vorágine de frio, por la salvación de Macusa, su región consorte, que se debatía atacada del mal de frio, entre estornudos y toses que le destrozaban las fibrasdel pecho hasta hacerle fluir borbotones de sangre.
Hacia muchos días que nadie asomaba a la cabaña señorial. Los cortesanos todos habían perecido victimas del mal de frio.
En estas algiascircunstancias llego el cóndor a la cabaña, entro en ella y al encontrar al rey abatido y a la Reyna postrada y casi agónica, ofreció sus servicios.
Mi esposa Macusa se muere. Ayúdame señor de losaires. Id a buscar a los más sabios curanderos de la comarca le dijo el rey.
Oh, buen rey de los poderosos; vuestros vasallos han sucumbido y a los pocos que quedan se debaten, presas del mal queaqueja a vuestra esposa.
Acaso es entonces inevitable la muerte de Macusa? ¡Oh, destino cruel! Se quejó dolido allinkapaq.
Pero iré en busca de un curandero, no importa hasta el fin del mundo.
Ydiciendo esto partió el cóndor. Pronto su figura enorme desapareció en la inmensidad del cielo y la distancia. Voló sin descansar y por todas partes solo veía desolación y muerte. Todos los...
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