LEYENDA RURAL PAMPEANA
LEYENDA RURAL PAMPEANA
“EL MISTERIO DEL MONTE”
En un lugar del monte pampeano, donde se acostumbraba a cazar presas grandes como jabalíes y ciervos, tres amigos decidieron probar suerte en un campo alejado, donde desde hacía ya tiempo, no se producía casi nada. Uno de los jóvenes conocía al encargado y fue a verlo acompañado de sus amigos para solicitar el debido permiso.
Al verlos llegar, elhombre desconfiado salió con un arma en la mano, recién al oír que lo llamaban por su nombre dejó la carabina a un lado.
_ ¡Buenas tardes Don Jacinto! Gritó Marcos desde la ventanilla del acompañante.
Habían llegado hasta allí en la camioneta de Julio, acompañados por Sergio que cebó mate todo el camino. El mes de junio se hacía sentir, casi caía el sol y la tarde, ya con luna, se ponía cadavez más helada.
Don Jacinto esperó a que bajaran del vehículo cerca de la casa y del arma, siempre desconfiado no pronunció palabra.
_Don Jacinto, dijo Marcos, ¿Se acuerda de mí? Soy el hijo menor de los Córdoba, ¿me recuerda? Soy hijo de la Mary y el Jorge… ¿se acuerda? De chicos sabíamos venir algún que otro domingo y jugábamos con su hija.
_Ah, si… recuerdo… hace tanto… mucho antes de aquelladesgracia… recuerdo…
_ ¿Qué desgracia Don Jacinto?
_ Nada, nada. ¿Andaban necesitando algo?
_ Andamos pidiendo permiso para cazar en este campo, se ve bastante agreste, seguro acá tenemos suerte con buenas presas. Es por esta noche, mañana ya volvemos.
_No… no, no es que no quiera darles permiso, es que no les conviene esta zona para cazar.
_ Pero es ideal, además la noche está especial para esto.
_No les conviene, yo sé lo que les digo.
_No entiendo por qué no nos da el permiso, solo somos tres y no vamos a llevarnos mucho…
_ ¡Hagan como quieran!, yo no les aconsejo este campo, pero ustedes deciden. Y Don Jacinto entró a la casa sin más explicaciones que la de un fuerte portazo.
_ ¡Sí! ¡Nos quedamos! Este lugar es justo lo que andábamos buscando. En un rato ya oscurece. Opinó Julio.
_ Sí,es ideal este lugar, vamos a bajar las cosas y prepararnos. Estuvo de acuerdo Sergio.
Marcos, sin decir nada, se quedó mirando fijo a lo lejos y pensando por qué Don Jacinto se había opuesto tanto a que se quedaran a cazar esa noche. Pero al ver el entusiasmo de sus amigos se unió a las tareas del grupo.
Después de preparar las armas y la ropa de abrigo comieron algo rápido y tomaron café calientepara mermar el frío de la reciente noche.
Una vez listos se dispusieron a seguir camino. Tomaron por uno de las callecitas que los internaba de a poco en el monte, dejaron la camioneta en un claro y continuaron camino a pie buscando un buen lugar para esperar alguna presa.
Tuvieron suerte esa noche, después de unas horas la cacería brindó sus frutos y contentos con lo conseguido volvieron en elvehículo por el mismo camino.
Pero en el viaje de regreso, algo extraño comenzó a sucederles, de repente una oveja grande se les cruzó en la huella, se sorprendieron mucho porque no habían visto antes al animal, se les apareció de golpe dificultando el paso. Tocaron bocina para espantarla y después de un momento pudieron seguir.
_ ¿De dónde salió este animal? -Preguntó Julio- No podía esquivarla,no se corría, es muy angosta la huella.
_ Es extraño… - continuó Marcos- Por acá no hay ganado y menos ovejas.
_ Tal vez de algún campo vecino, con los disparos puede haberse desorientado. Opinó Sergio.
Apenas habían recuperado la calma cuando otra vez la oveja apareció de la nada interponiéndose en el camino.
_ ¡Frená Julio! ¡Ahí está otra vez! –Gritó Marcos.
_ ¡Otra vez! ¡Esto no puede ser!¡Aparece de repente! Se quejó Julio.
_ Tocá la bocina, tal vez se corra. –Sugirió Sergio.
Finalmente el animal se corrió y pudieron seguir, cada vez más rápido, no les gustaba nada lo que estaba pasando.
Al cabo de un trecho, en el medio del camino, otra vez la oveja apareció de la nada a pocos metros de la camioneta; a tan pocos metros que tuvieron que frenar de golpe para no atropellarla.
_ ¡No...
Regístrate para leer el documento completo.