Leyendas Ecuatorianas
- no temas buen hombre, soy luzbel y he venido a ayudarte, te ofrezco construir el atrio hasta la puesta del sol a cambio de tu alma.
- acepto, respondió elindio pero de faltar una sola piedra el trato queda anulado.
Luego de concretar el trato miles de diablillos salieron de las penumbras de obscuridad y se pusieron a trabajar arduamente, cerca ya derayar el alba la iglesia estaba casi lista de no haber sido por una piedra que los diablillos no alcanzaron a colocar es así que el indio cantuña pudo salvar su alma, a más de salvarse a ir a la cárcel.En Ibarra se dice de dos grandes amigos, Manuel y Carlos, a los cuales cierto día se les fue encomendado, por don Martín (papa de Carlos), un encargo el cual consistía en que llegasen hasta ciertopotrero, sacasen agua de la asequia, y regasen la sementería de papas de la familia, la cual estaba a punto de echarse a perder. Ya en la noche, muy noche, se les podía encontrar a los dos caminandoentre los oscuros callejones, donde a medida que avanzaban, se escuchaba cada vez más intensamente el escalofriante "tararán-tararán". Con los nervios de punta, decidieron ocultarse tras la pared de unacasa abandonada, desde donde vivieron una escena que cambiaría sus vidas para siempre...
Unos cuerpos flotantes encapuchados, con velas largas apagadas, cruzaron el lugar llevando una carrozamontada por un ser temible de curvos cuernos, afilados dientes de lobo, y unos ojos de serpiente que inquietaban hasta el alma del más valiente. Siguiendole , se lo podía ver a un individuo de blanco...
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