Leyendas guarne
LA MADREMONTE
Toda vestida de hojas y de líquenes, vive en la profundidad de los bosques. La cabellera, víctima de soles y lunas, le oculta el rostro. Ese es su enigma:podemos escuchar el grito de fiera entre los árboles, ver la silueta que se pierde en la espesura, pero nadie ha visto nunca su rostro cubierto de musgo y sombra.
La Madremonte ama las grandes piedrasde los ríos, construye sus aposentos en los nacimientos de las quebradas, se distrae con el silbido de las mirlas y los azulejos. Algunos han creído escucharla cuando imita el canto de los grillos enlas tardes de verano y cuando persigue las luciérnagas en las noches sin luna.
Como vigilante de las selvas, la Madremonte cuida que no desaparezca la lluvia y el viento, orienta los periodos decelo de los animales del monte, grita de dolor cuando cae alguna criatura de su dominio. Por eso, odia a los leñadores y persigue a los cazadores: a todos aquellos que violan los recintos secretos de lasmontañas.
Cuando la Madremonte está poseída de furia, se transforma: los ojos despiden candela y con las manos de puro hueso, se agita de rabia entre los matorrales. Se desencadenan entonces, losvientos y las tormentas. Los ríos y las quebradas traen inundaciones, arrasan las cosechas y el ganado. Todo parece como si se anunciara el estremecimiento de la tierra y los astros.
LEYENDA DEGUARNE
LA MULONA
Habla esta leyenda de una mula gigantesca, hidrópica, de color algarroba, cuya hinchazón descomunal se debió a la paliza que le dieron dos hijos del dueño, y a la enorme cantidad desal que le obligaron a ingerir como castigo por haber matado a coces al patrón.
Narra la mula a los niños que pasean en sus anchos almohadones afelpados: "Como mi amo me maltrataba obligándome a cargarcapachos de sal amarga, los martes a Girardota, los miércoles a Guarne, los jueves a San Vicente de Chiquinquirá, los viernes a Santiago de Arma de Rionegro, los sábados y domingos de mañana y...
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