Leyendas Mexicanas
Cuenta la leyenda que un humilde arriero cuya Madre había fallecido se comprometió a trabajaren vísperas del Día de Muertos para poder solventar los gastos de la ofrenda, su travesía le llevaría varios días, y veía muy difícil poder estar en casa para la celebración, así que encomendó a sumujer la tarea de preparar el altar para su amada madre ya finada. Tras la ausencia del marido, la esposa pensó, “El muerto, muerto está, y del más allá nunca regresara”, por lo cual no hizo laofrenda, solo colocó una vela sobre un ladrillo, le rezó un rosario, ignorando por completo el encargo, ya que considero mejor ahorrar el dinero que su marido le había dejado, para comprar unos animales parael hogar, que gastarlo en el altar.
Por más esfuerzos que el hombre hizo no pudo llegar a tiempo a casa para honrar a su Madre, en el camino pudo ver una gran procesión, en la que los participantesiban jubilosos, cargados con canastos de pan, fruta, comida y bebidas, iban adornados con collares, racimos de flores, luciendo ropas nuevas. Al final de la procesión, un poco retirada, iba unamujer, envuelta en un rebozo muy desgastado, su delantal sucio y sus enaguas rotas, descalza, inspirando mucha tristeza, solo llevaba en sus manos una vela sobre un ladrillo y un rosario. La emoción delhombre desapareció junto con el cortejo que se alejaba entre las colinas se quedó con una inmensa tristeza de ver a esa persona tan pobre que al parecer por pena no se incorporaba a las demás gentes.Al llegar a su casa, esperando ver la gran ofrenda de su madre, ve la casa vacía y pregunta a su mujer -¿qué paso con la ofrenda de mi Madre?- a lo cual ella contesta –Mejor lo use en algo de más...
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