Leyendas y mitos
LEYENDAS:
LEYENDA DE LOS DOS VOLCANES
LEYENDA DE LA LLORONA
LEYENDA DE LA MULATA DE CORDOBA
LEYENDA DE LA CALLE DE DON JUAN DE MANUEL
MITOS:
MITO DE LA DIOSA AFRODITA
MITO DE LA CARRETA SIN BUEYES
MITO DE LA PIEDRA DEL ENCANTO
MITO DE LAS HORMIGAS DE NANDAYURE
CANCIONES:
CANCION DE CAMILA (MIENTES)
CANCION DE SHAKIRA (GITANA)
CANCION DE CHAYANNE (ME ENAMORE DE TI)CANCION DE WISIN Y YANDEL (GRACIAS A TI)
CUENTOS:
CUENTO DE LA RATITA PRESUMIDA
CUENTO DE HADAS
CUENTO DE LAS HABICHUELAS MAGICAS
CUENTO DE RISITOS DE ORO
POEMAS:
AMARTE EN MIS SUEÑOS
MIEDO DE TU AMOR
¡DIOS! YO LO AMO
NADIE COMO TÚ
L
E
Y
E
N
DA
S
La Leyenda de los Volcanes
Las huestes del Imperio azteca regresaban de la guerra. Pero no sonaban ni los teponascles ni las caracolas, ni el huehuete hacía rebotar sus percusiones en las calles y en los templos.Tampoco las chirimías esparcían su aflautado tono en el vasto valle del Anáhuac y sobre el verdiazul espeje ante de los cinco lagos (Chalco, Xochimilco, Texcoco, Ecatepec y Trompando) se reflejaba un menguado ejército en derrota.
El caballero águila, el caballero tigre y el que se decía capitán coyote traían sus rodelas rotas y los penachos destrozados y las ropas tremolando al viento en jironesensangrentados. Allá en los cúes y en las fortalezas de paso estaban apagados los braseros y vacíos de tlecáxitl que era el sahumerio ceremonial, los enormes pebeteros de barro con la horrible figura de Texcatlipoca el dios cojo de la guerra. Los estándares recogidos y el consejo de los Yo pican que eran los viejos y sabios maestros del arte de la estrategia, aguardaban ansiosos la llegada de losguerreros para oír de sus propios labios la explicación de su vergonzosa derrota.
Hacía largo tiempo que un grande y bien armando contingente de guerreros aztecas había salido en son de conquista a las tierras del Sur, allá en donde moraban los Olmecas, los Xicalanca, los Zapotecas y los Vixtotis a quienes era preciso ungir al ya enorme señorío del Anáhuac. Dos ciclos lunares habíantranscurrido y se pensaba ya en un asentamiento de conquista, sin embargo ahora regresaban los guerreros abatidos y llenos de vergüenza.
Durante dos lunas habían luchado con denuedo, sin dar ni pedir tregua alguna, pero a pesar de su valiente lucha y sus conocimientos de guerra aprendidos en el Calmuca, que era así llamada la Academia de la Guerra, volvían diezmados, con las masas rotas, las macanasdesdentadas, maltrechos los escudos aunque ensangrentados con la sangre de sus enemigos.
Venía al frente de esta hueste triste y desencantada, un guerrero azteca que a pesar de las desgarraduras de sus ropas y del revuelto penacho de plumas multicolores, conservaba su gallardía, su altivez y el orgullo de su estirpe.
Ocultaban los hombres sus rostros embijados y las mujeres lloraban y corrían aesconder a sus hijos para que no fueran testigos de a que retorno deshonroso.
Sólo una mujer no lloraba, atónita miraba con asombro al bizarro guerrero azteca que con su talante altivo y ojo sereno quería demostrar que había luchado y perdido en buena lid contra un abrumador número de hombres de las razas del Sur.La mujer palideció y su rostro se tornó blanco como el lirio de los lagos, al sentir la mirada del guerrero azteca que clavó en ella sus ojos vivaces, oscuros. Y Xochiquétzal, que así se llamaba la mujer y que quiere decir hermosa flor, sintió que se marchitaba de improviso, porque aquel guerrero azteca era su amado y le había jurado amor eterno.
Se revolvió furiosa...
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