leyendas
Dice la leyenda que dos amigos regresaban a pie a Zaachila después de disfrutar las campiranas fiestas de La Trinidad. Caminaban alegres y ebrios por el sendero. Uno de ellos decidió acercarse al cerro del Catrín a satisfacer necesidades primarias mientras el amigo lo esperaba en el camino. La espera se prolongaba y el susodicho no regresaba. Al notar la tardanza,el amigo pensó que el esperado se había dormido cerca del cerro. Se aprestó a buscarlo sin lograr encontrarlo. Fue a Zaachila a informar del caso y a solicitar ayuda. Una partida de voluntarios salió en su búsqueda sin lograr hallarlo. Después de investigar en pueblos y comunidades aledañas y de cerciorarse de que el desaparecido no deambulaba por la región, se pensó que éste había fallecido.Transcurrió un año sin obtener tan sólo una pista del paradero del desparecido. Se cuenta que fue exactamente un año después de la desaparición, cuando su familia celebraba una misa de muerto en su honor, éste apareció. Portaba la misma ropa, sin desgaste alguno, del día en que se perdió. El desparecido contó que al acercarse al cerro del Catrín escuchó voces y música. Vio una puerta por donde seintrodujo a una cantina. Ahí bebió pulque y cerveza por una hora. A toda costa, él sostuvo que tan sólo había permanecido dentro de la taberna una hora. Los mismos sesenta minutos dentro del lupanar equivalieron a un año fuera de éste.
Gigante del Reloj.
No hace mucho, en 1990 tenía seis años, aún los niños y niñas de mi barrio solíamos reunirnos en las calles, el habitual punto dereunión era el barrio de San Sebastián, con sus gradas podíamos competir quien tenía más velocidad en las piernas, o empujábamos un carrito gracias a la amabilidad que permitía su inclinación de ascenso y descenso hacia la capilla.
Los juegos de las escondidas, los encantados, y el tarrito quemado era el pan de al menos dos veces a la semana con mis vecinos, en esos tiempos donde ni el celular,ni los videojuegos, ni el facebook, tampoco las tan coloridas caricaturas animadas en televisión nos robaban nuestra infancia, solíamos salir ya tendida la tarde y de vez en vez mi abuelo contaba una historia de Zaachila.
Con el rasgo misterioso que lo caracterizaba, comenzaba una historia siempre diciendo que si existe el bien, también hay cabida para el mal, que el paraíso y el infierno seencontraban aquí en la tierra, eso es lo que tenemos seguro –decía- más para allá… quién sabe!.
La leyenda del gigante del reloj se remonta a sus viejos años mozos decía, cuando era joven, en Zaachila se hacían rondines para salvaguardar la seguridad de todos los habitantes, cada barrio disponía de un grupo de vecinos que se encargaban de recorrer la comunidad y su salida iniciaba –cuenta- en elpanteón de los perros, justo donde ahora se encuentra la escuela primaria Lázaro Cárdenas del Río, o también conocida en sus ayeres como “la escuelita del aire”.
Su recorrido continuaba en la calle Pezelao, hasta llegar a un frondoso árbol de nueces, donde cruzaban las calles Zetobaa esquina Tetzilacaltzin, por ello esa esquina es conocida actualmente por la esquina del Nogal, el cual daba un sombraespesa, pues esa noche que su mente trajo al recuerdo la impactante luz de la luna llena que cubría todo el halo del árbol, y por su frondosidad era arropada por decenas de lechuzas que lo habitaban.
El canto de las lechuzas era como una melodía de la media noche, pues éstas no sólo anidaban en la esquina del nogal, sino también en las palmeras que había enfrente del palacio municipal, el jardíny el mercado.
Pero el punto de reunión de los grupos divididos, era pues la esquina del Nogal, todo ello para partir hacia un lugar de “respeto” como le llamaban, a la calle Cosijopii donde se ubica la Zona Arqueológica “El Cerrito”, y era tal el respeto porque de ahí las decenas de historias prehispánicas, mitos, leyendas y ecos de trascendencia paranormal de la comunidad.
“Nos reuníamos...
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