LEYENDAS
LA LEYENDA DEL MAÍZ
Anaya era un joven y hermoso guerrero, que en vez de cuidar de su gente que luchaba en la guerra defendiendo lo que les pertenecía, pasaba sus días entregado a los placeres mundanales. Su belleza y atractivo masculino le daban buenos dividendos a la hora de las conquistas. Pero como le pasa a todos, un día el amor golpeó a la puerta del joven y esta vez Anaya se enamoróde verdad de la hija de uno de los jefes guerreros.
Dispuesto a conquistarla, comenzó a hacer buena letra, dejo sus hábitos licenciosos y se entregó por entero a la tarea de obtener el amor de la muchacha. Conocedora de los antecedentes y la vanidad del enamorado, la joven lo despreció cuantas veces pudo y rechazó todos sus pedidos de amor.
Quien fuera un valiente y heroico guerrero en lasbatallas, no soportó el dolor de su corazón, por la derrota en el campo del amor. Un día en que la joven pasó a su lado, Anaya sacó un puñal y poniéndose frente a ella para que lo viera bien, se suicidó clavándoselo en el medio del corazón. Inmediatamente cayó al suelo. Al verlo, la muchacha corrió presurosa para ayudarlo pero ya era tarde. El joven y valiente guerrero había muerto.
De su pechoensangrentado brotó una hermosa planta…la planta del maíz.
LA CASA DEL TRUENO
Cuentan los viejos que entre Totomoxtle y Coatzintlali existía una caverna en cuyo interior los antiguos sacerdotes habían levantado un templo dedicado al Dios del Trueno, de la lluvia y de las aguas de los ríos.
Eran tiempos lejanos en los que aún no llegaban los hispanos ni las portentosasrazas, conocidas hoy como Totonacas, que poblaron el lugar que después llamaron Totonaca. Siete sacerdotes se reunían cada tiempo en que era menester cultivar la tierra y sembrar las semillas y cosechar los frutos, siete veces invocaban a las deidades de esos tiempos y gritaban entonaban cánticos a los cuatro vientos o sea hacia los cuatro puntos cardinales, porque según las cuentas esotéricas deesos sacerdotes, cuatro por siete eran 28 y veintiocho días componen el ciclo lunar.
Esos viejos sacerdotes hacían sonar el gran tambor del trueno y arrastraban cueros secos de los animales por todo el ámbito de la caverna y lanzaban flechas encendidas al cielo. Y poco después atronaban el espacio furiosos truenos y los relámpagos cegaban a los animales de la selva y a las especies acuáticas quemoraban en los ríos.
Llovía a torrentes y la tempestad rugía sobre la cueva durante muchos días y muchas noches y había veces en que los ríos Huitizilac y el de las mariposas, Papaloapan, se desbordaban cubriendo de agua y limo las riberas y causando inmensos desastres. Y cuanto más arrastraban los cueros, mayor era el ruido que producían los torrentes y cuanto más se golpeaba el
gran tamborceremonial, mayor era el ruido de los truenos cuanto más relámpagos significaba mayor número de flechas incendiarias.
Pasaron los siglos...Y un día arribaron al lugar grupos de gentes ataviadas de un modo singular, trayendo consigo otras costumbres, y otras leyes y otras religiones.
Se decían venidos de otras tierras allende el gran mar de turquesas (Golfo de México) y tanto hombres, como mujeres yniños, tenían la característica de estar siempre sonriendo como si fueran los seres más
felices de la tierra y tal vez esa alegría se debía a que después de haber sufrido mil penurias en las aguas borrascosas de un mar en convulsión habían
por fin llegado a las costas tropicales, donde había de todo, así frutos como animales de caza, agua y clima hermoso.
Se asentaron en ese lugar al que dieronpor nombre, en su lengua Totonaca y ellos mismos se dijeron totonacas.
Pero los sacerdotes, los siete sacerdotes de la caverna del trueno no estuvieron conformes con aquella invasión de los extranjeros que traían consigo una gran cultura y se fueron a la cueva a producir truenos,
relámpagos, rayos y lluvias y torrenciales aguaceros con el fin de amedrentarlos.
Llovió mucho y durante varios...
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