Lhdfldfjhñ.

El país necesita soñar

Cuando el general don José de San Martín -a quien hoy evoca el pueblo argentino, a un siglo y medio de su muerte- comenzó a delinear el plan de su campaña libertadora, habíarazones objetivas para temer que su ambicioso proyecto terminara en un fracaso.
Organizar un ejército partiendo prácticamente de la nada y en medio de severísimas adversidades políticas yeconómicas, cruzar con esas tropas (y con los recursos de esa época) la cordillera de los Andes, expulsar de Chile a las fuerzas españolas -que habían recuperado su dominio sobre el territorio de esa antiguacapitanía general-, embarcar a sus efectivos en una flota, navegar hacia las costas peruanas y apoderarse de Lima, el gran baluarte del poder virreinal todavía subsistente, parecía más una quimera queun proyecto militar.
Si ese criollo nacido en Yapeyú, templado en los rigores de la vida militar española y reintegrado a la patria en circunstancias que resultaron providenciales para el destino dela gesta revolucionaria, no hubiese concebido ese plan casi delirante, cargado de dificultades, la independencia de América habría quedado, en ese momento histórico, como un sueño sin cumplir.
Esaes la lección que los argentinos debemos extraer de la epopeya sanmartiniana. Un país que está dando señales de desaliento, que por momentos parece haber perdido la confianza en sus propias fuerzaspara superar los tremendos desafíos que le plantea la realidad en esta complicada transición al siglo XXI, marcada por un proceso de globalización cuyos alcances últimos todavía nos resulta difícilvisualizar, debería volver hoy sus ojos al pasado y reconocerse en el espejo del héroe que, en la total incertidumbre que imperaba en el Río de la Plata hacia 1814, fue capaz de mirar hacia el futuro confe visionaria y construir un proyecto ciclópeo, que en más de un aspecto parecía de imposible ejecución.
El pueblo argentino necesita elevarse de las circunstancias que en este momento lo...