libertad de conciencia

OBJECIÓN DE CONCIENCIA, RELIGIÓN Y CULTO: aproximaciones de su estudio a partir de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional de Bolivia y la jurisprudencia comparada.1
Claudio Fidel Flores C.2
I. INTRODUCCIÓN
Desde larga data, el derecho que tiene una persona a oponer sus mandatos de conciencia sobre el imperio de la autoridad, ha sido siempre un tema polémico. Cuenta la historia que enpleno ciclo tebano, los hermanos Polínice y Eteócles se alzaron mutuamente en armas, reclamando la sucesión legítima al trono de su padre, muriendo ambos en combate, situación en la que su tío Creonte se hace del poder y ordena inmediatamente se proceda al entierro de Eteócles con todas la exequias reales y, en el caso de Polínice, por castigo a su insurrección, dispone se lo deje insepulto,castigo que dentro la tradición griega suponía un grave sacrilegio, por cuanto se negaba al difunto su descanso eterno en el Hades. Frente a dicha situación, Antígona, hermana de los dos fallecidos, siguiendo los mandatos morales de su conciencia, desconoce la decisión de su tío Creonte y brinda una sepultura digna a su hermano Polínice, siendo por ello castigada con todo el rigor de la ley por su mismotío Creonte, extremo frente al cual, decide suicidarse, antes de cumplir tan injusta condena.
La narración que se comparte, describe puntualmente en qué consiste el derecho de objeción de conciencia y los alcances que el mismo puede tener en la vida diaria, donde muchas de las decisiones que se asumen bajo el mandato de una norma, no siempre son justas, reservando por ello, el derecho que tienetoda persona a objetar una decisión siguiendo los mandatos morales de su conciencia, extremo que en el caso de la jurisprudencia internacional, fue debidamente reconocido en diversos tratados, así como en diversos casos presentados ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en casos referidos particularmente al servicio militar obligatorio.
En el caso de Bolivia, la Nueva ConstituciónPolítica del Estado, en su artículo 249 reconoce expresamente la obligación que tiene todo ciudadano boliviano de prestar su servicio militar, es decir, reconoce puntualmente el derecho que tiene el Estado —y por ende— sus autoridades, de imponer y exigir el cumplimiento de dicho mandato, situación que obliga en todo caso a ser compulsada con la jurisprudencia internacional existente y, en su caso, conla doctrina de la objeción de conciencia, dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra el Estado de Bolivia.
En efecto, de la revisión de los antecedentes del tema, se tiene que el año 2000, Waldo Albarracín, cuando aún era un destacado activista de los Derechos Humanos, promovió una demanda contra nuestro país, reivindicando justamente el derecho a la objeción de concienciaque tiene toda persona frente a la autoridad de la ley, en un caso promovido en defensa del señor Alfredo Díaz Bustos, Testigo de Jehová, quien se resistía a cumplir sus deberes militares, arguyendo razones de orden religioso, demanda que culminó en el Informe 97/05 (Caso 14/04, Inter-Am. C.H.R.,OEA/Serv. L/V/II.124.DOC 7- 2005) por la que la CIDH recomienda al Estado de Bolivia y a todos losgobiernos en general, reconocer expresamente y garantizar el derecho de objeción de conciencia, de todas aquellas personas que con motivos debidamente fundados, se resistan al cumplimiento de una obligación legal.
Sin lugar a dudas, con la puesta en marcha y la aprobación de la Nueva Constitución el 7 de febrero del año en curso, se ha dado paso a un nuevo “campo político” (a decir del sociólogofrancés Pierre Bordieu), es decir, un nuevo campo de interacciones, relaciones, clivajes y discursos, donde la relación entre el Estado y los ciudadanos adquiere matices remozados, ciertamente diferentes a los conocidos hasta ahora, resultado de las nueva configuración constitucional que definitivamente marca el inicio de un nuevo tiempo, temáticas como: el Estado laico, el reconocimiento de la...