Libertad de los antiguos y de los modernos
Picasso, Mujeres corriendo en la playa
El peligro de la libertad antigua consistía en que los hombres, atentos únicamente a asegurarse la participación enel poder social, despreciaran los derechos y los placeres individuales.
El peligro de la libertad moderna consiste en que, absorbidos por el disfrute de nuestra independencia privada y por labúsqueda de nuestros intereses particulares, renunciemos con demasiada facilidad a nuestro derecho de participación en el poder político.
Los depositarios de la autoridad nos animan a ello continuamente.¡Están completamente dispuestos a ahorrarnos cualquier preocupación, excepto la de obedecer y la de pagar! Nos dirán: ¿Cuál es en definitiva el objetivo de vuestro esfuerzo, de vuestro trabajo, de todasvuestras esperanzas? ¿No es acaso la felicidad? Pues bien, dejadnos hacer y os daremos esa felicidad. No, señores, no les dejemos hacer por muy conmovedor que resulte tan entrañable interés; roguemosa la autoridad que permanezca en sus límites, que se limite a ser justa. Nosotros nos encargaremos de ser felices.
¿Lo seríamos gracias a los placeres privados, si éstos estuvieran separados de sugarantía? ¿Y dónde encontraríamos esta garantía si renunciáramos a la libertad política? Renunciar a ella, señores, sería una locura similar a la de un hombre que pretendiera edificar en la arena unedificio sin cimientos, con la excusa de que sólo iba a habitar el primer piso.
Por otra parte, señores, ¿es realmente cierto que la felicidad, de cualquier tipo que sea, es el único fin de la especiehumana? En ese caso nuestra carrera seria bien estrecha y nuestro destino bien poco relevante. Cualquiera que esté dispuesto a hundirse, a restringir sus facultades morales, a rebajar sus deseos, arenunciar a la actividad, a la gloria, a las emociones generosas y profundas, puede embrutecerse y ser feliz.
No, señores, yo declaro en favor de la parte mejor de nuestra naturaleza, de esa noble...
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