libreto de la novela a la costa







El matrimonio Ramírez era de un catolicismo ferviente que se manifestaba con el fervor católico y de la iglesia no permitía que sus hijos se relacionen con ninguna de las personas que los rodean.
Tuvieron dos hijos Salvador y Mariana, hijos educados con la mayor disciplina, basado en el catolicismo, Camila Quiroz la madre era huraña e incomprensible, Salvador el primogénito era decuerpo delgado, débil, de carácter manso y pasivo, a los ocho años dentro al colegio de los jesuitas, mientras que Mariana era lo contrario alegre, viva, enérgica, bulliciosa. Cumplido los siete años dentro al colegio de lo SS.CC.
Don Jacinto Ramírez, el padre, había quedado huérfano porque sus padres habían fallecido en el terremoto de Imbabura, era de carácter huraño y con una eterna cara demelancolía, aunque muy bondadoso, no inspiraba confianza a sus hijos.
Jacinto Ramírez: Actuó en un pequeño juicio defendiendo a un artesano el cual gano, ganando fama de elocuente y saber la ley.
La fortuna de la familia Ramírez era apenas mediana, y el doctor con gran acopio de trabajo en su profesión de abogado, difícilmente alcanzaba a ayudar las necesidades de los suyos, bien moderadas porcierto. Los bienes consistían en la casa grande y vieja donde vivían, arruinada en parte, y en una quinta en el valle de Chillo que absorbía más dinero que el producido por las menguadas cosechas de maíz.
Camila Quiroz: No soporto los impetuosos arranques de mi hija por lo que siempre te regaño para así lograr de que el temperamento alegre sea similar al de Salvador.
Camila Quiroz: Mariana que nopuedes comportarte como ya una niña de tu edad, una mujer ya formada y dejar a un lado las ¡tonterías! de niña y fijarte más en la vida y dedicarte a agradecer a nuestro señor.
Mariana: Ya mamita me dedicare más a rezar a nuestro señor pero lo que me costara trabajo será cambiar mi temperamento, pídame cualquier cosa menos eso, mamá.
Doña Camila, a causa de su carácter disciplínate se habíacaptado muy pocas amistades y éstas eran escogidas entre gentes de sacristía y beatas. En la iglesia de La Compañía gozaba de gran autoridad, porque era presidenta de una de las muchas congregaciones que han establecido los jesuitas, como la mejor manera de ganar prestigio y autoridad en los pueblos. La amiga más íntima de doña Camila era doña Rosaura Valle, vieja solterona, de aspecto de vieja, narizlarga, ojos miopes, una de esas frutas secas del celibato, una figura repulsiva en la que sin dificultad se adivinaba la enemiga acérrima de la belleza, de la alegría y de la juventud.
Camila Quiroz: ¡Ay! Rosaurita si supiera usted lo que me toca pasar por las injurias que tengo con mis hijos, especialmente con la Mariana, que se ha vuelto una revoltosa e indisciplina, le cuento que hasta el otrodía me ha dicho que ella no cree tanto en dios.
Rosaura: Ay hijita calle, calle no mas no me cuente más porque hasta un ataque me puede dar por lo que me está diciendo, como va a decir que dios no existe, Lo que hay que hacer es inculcarle más la religión, llevarle más tiempo al templo, hacerle que4 hable con el padre Justiniano y vera como termina creyendo en dios.
Camila Quiroz: Ya dicehijita, es la única alternativa que me queda.
Rosaura odió a Mariana desde el día en que la conoció, porque Mariana era bonita y de carácter vivo, sin embargo de las tentativas incesantes de doña Camila por cambiarlo, y ser hermosa y alegre eran para la beata motivos de inquina que apenas disimulaba. Cuando la joven sufría, los terribles ataques de histerismo, el gozo de Rosaura era casi visible, auncuando aparentaba un sentimiento contrario.
En la Universidad conoció Salvador a un joven provinciano, descendiente de una familia de clase media, que no pica muy alto en asuntos de nobleza y que sin embargo, por el talento, las aptitudes y el patriotismo, es la primera de la República.
Luego de esta monótona conversación se dirigieron a sus casas, en la cual Camila al ya haber llegado...