Libro ALPHA

LA CHISPA
A todas las personas que me inspiran cada día y a la cara que decidió este libro.
Especial agradecimiento a mi corrector, sus ideas hacen que este libro valla como la Seda.
Solo el azar sabe lo que me espera. Nací tres veces para morir ninguna. Perdí todo lo que era
para ser lo que soy. De mí nació el fuego que purifica el estanque. En sangre escribí mi
historia sobre la historiadel mundo. Soy el caminante que transcurre los caminos oscuridad
de lo desconocido. Todo lo sé, todo soy. Sin mí la vida se sumerge en la nada. ¿Quién soy?
-Epitafio de Scintile (Maquiner) en su tumba sin cuerpo
PRÓLOGO: El nacimiento
Padre se acercó a la gran cristalera cabizbajo. Desde allí se tenía una perfecta vista de la
estación desde el exterior de las murallas.
Solía pasar el tiemporeflexionando y apuntando notas en su interfaz sentado frente aquella
cristalera. Cada vez su pelo era más blanco y sus ojos antaño atentos y vivos, ahora se
limitaban a mirar el horizonte de la estación. Aquella vista le mantenía horas sin parpadear, la
única muestra de vida que daba era el ligero tarareo de una canción antigua o que inventaba
sobre la marcha.
Su triste figura contrastaba conla alegría que rebosaba Madre en cada ligero movimiento que
realizaba. Pese a su avanzada edad las mujeres Arkish seguían manteniendo sus grisáceas
pieles tersas y sin arrugas hasta que rondaban los 70 años (el ecuador de su vida que se
puede prolongar hasta los 150 años). Sus puntiagudas orejas están perforadas múltiples
veces en señal de sus múltiples cumpleaños. Su cuerpo se mostraba joveny atractivo, y ella
lo sabía. Los hombres la miraban con sorpresa y admiración, las arkish no eran comunes y
menos tan guapas y femeninas como Madre.
Sus brazos mostraban los tatuajes típicos de las tribus de la superficie del planeta y sus
alas de dorso rojo se recogían en su espalda.
Pese a su trabajo de Xenobiologa, no olvidaba sus raíces primitivas en el Árbol Uth, de hecho
las paredesde la casa lucían relucientes espadas paralelas y alas de Drakenus, aquellas
gigantescas aves similares a dragones siempre habían fascinado a Madre.
La habitación no era muy grande, pero no más de lo que necesitábamos. Las paredes
metálicas estaban recubiertas con tapices de ricos colores traídos de Arkish, la única luz
que entraba para iluminarlos en ese momento era la que proporcionaba lagran cristalera que
presidía la estancia dando una sensación de intimidad al cuarto.

Yo jugaba en la pantalla holográfica encima de la mesa de cristal cuando Padre empezó a
hablar.

-¿No crees que las luces de la ciudad cada vez laten con menos fuerza?
-¿A qué te refieres? Yo las veo como siempre.
-¿Crees que hicimos lo correcto? Viniendo, ya sabes.
Últimamente Padre estaba triste yreflexivo, su mente parecía estar en otro mundo. Su única
conexión con la realidad era Madre que le escuchaba atentamente y respondía con calor y
seguridad a las palabras de Padre llenas de incertidumbre.
-Eso nunca lo sabremos…
Un fuerte ruido interrumpió a Madre. Llamaron a la puerta y fue a abrir. A esas horas la
estación estaba completando el ciclo alrededor de Arkish y la gente que se lopodía permitír
disfrutaba de algunas horas de sueño.
Nada más escucharse el sonido metálico de la puerta magnética abriéndose , un puño
enfundado en la característica armadura roja de los fuerzas de seguridad de la estación
agarró a Madre por el cuello empujándola contra la pared y rompiendo el espejo de atrás de
ella, acto seguido una bala surcó la habitación atravesando el pecho de Padre,dejando la
estela roja de dolor en la cristalera de la habitación.
Mientras los guardias revisaban los cajones y limpiaban las paredes, el más joven arrastró a
Madre hasta la cocina entre gritos. La paz de la que gozaba aquella noche había sido alterada
y sustituida por el terror más natural, la ignorancia y la impotencia.
Tardaron 5 minutos es percatarse de aquel ovillo gris que lloraba...