Libro Discurso A Mis Estudiantes

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DISCURSO A MIS ESTUDIANTES
Platicas de
CARLOS HADDON SPÜRGEON
Dirigidas a los estudiantes teológicos
del
Tabernáculo Metropolitano
de Londres

CASA BAUTISTA DE PUBLICACIONES

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PROLOGO
Casi cumplía yo los diez y ocho años de edad cuando una noche, tras largos meses de
analizar mi alma y estudiar las Escrituras, pasé por las aguas del bautismo en una iglesia local enla ciudad de Córdoba, Argentina. Esa noche, como recuerdo del gran paso de obediencia
requerido por nuestro Señor Jesucristo en el Evangelio según San Marcos, capítulo 16, mi
querida madre me obsequió un libro. ¿Su título?; "Discursos a Mis Estudiantes", por Carlos H.
Spurgeon. ¡Qué enorme emoción fue esa para mí!
Después de las Sagradas Escrituras mismas, ese libro formó mi carácter y miorientación
como predicador de las Buenas Nuevas de salvación eterna. Me enamoré del libro de Spurgeon
en la primera leída. Desde entonces he repasado este volumen posiblemente unas diez o quince
veces. Y nunca me canso de hacerlo, hasta hoy día.
Doy gracias a Dios que la Casa Bautista de Publicaciones ha resuelto, tras largos años,
reimprimir este importante libro. Yo lo considero indispensablepara los jóvenes
latinoamericanos que quieren predicar la Palabra de Dios. Y aunque algunos de sus conceptos
están, obviamente, enraizados en el ambiente del siglo pasado cuando Spurgeon lo escribió, sin
embargo, sus principios y conceptos básicos son tan valederos hoy como lo
fueron en los días en que Spurgeon los predicó ante decenas de sus estudiantes al ministerio
cristiano.
"El Príncipede los Predicadores" es el título que con toda justicia se le otorgó a Carlos
Spurgeon. Leyendo sus escritos me doy cuenta del por qué de esa declaración. ¿Quién no ha
leído en su versión castellana algunas de sus obras como Libro de Cheques del Banco de la Fe o
Sermones Doctrinales y no ha tenido que reconocer su grandeza como predicador? Hay muchas
razones que avalan este concepto acerca deSpurgeon. Permítanme mencionarles algunas de
ellas.
1) Spurgeon era bíblico en su predicación. Todos sus sermones estaban basados en un
pasaje de la Biblia, brotaban del pasaje y florecían sobre el mismo. No declaraba Spurgeon un
texto para luego irse por otro lado y escapar del contexto. Pocas veces he notado tal proceder en
sus centenares de sermones que he leído. ¡El exponía la Palabra!Como dice el Salmista, "La
exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples" (Salmo 119:130), Spurgeon
creía esa verdad y la practicaba.
2) Era sano en su exégesis. Una y otra vez solía decir; "El mejor comentario bíblico es la
Biblia misma" y, sin embargo, Spurgeon leía amplia, profunda e incesantemente. Su secretario
iba al Museo Británico para sacar cuanto libro fuera posiblepara exprimir al máximo el texto
bíblico, así como ilustraciones que hicieran vivido el pasaje ante sus oyentes.
3) Spurgeon era organizado en su exposición. En el capítulo cinco (pág. 134) usted
encontrará las siguientes palabras; "Nuestros pensamientos deben ser bien ordenados según las
reglas propias de la arquitectura mental." ¡Qué frase tan exquisitamente elaborada! Y cuando
ustedobserve sus mensajes verá que ordenaba sus argumentos como un general ordena a sus
soldados, a fin de ganar la victoria en la mente y en el corazón de sus oyentes.

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4) Era brillante en su ilustración. De tantas facetas sobresalientes en la oratoria de
Spurgeon, su ilustración era magistral. Obtenía sus historias y sus casos de las más variadas
fuentes: de la ciencia, de la naturaleza,-de laliteratura, de la historia, de los filósofos griegos y
romanos, etc. Odiaba el copiar o meramente imitar a otros. Procuraba ser siempre original, ¡y lo
era!
5) Spurgeon era prudente en su aplicación al oyente. Aunque jamás dejaba pasar sermón,
yo diría sin excepción, sin llamar a una decisión por Cristo, sin embargo, nunca era ofensivo o
cargoso. Al contrario, hablaba con tanto amor por el...