Libro El Caballero Verde
cubierta de preciosos cojines sobre tela acolchada. Luego echaron sobre sus hombros una
suntuosa capa de seda bordada y forrada de pieles costosas, toda orillada de armiño, con
una caperuza de idéntico valor.
Y se sentó en aquella silla digna y principesca, y se calentó y cobró ánimos. Poco
después, fuearmada una mesa sobre finos caballetes; la cubrieron con un mantel de
inmaculada blancura, y sobre éste pusieron un paño, salero, y cubiertos de plata.
Se lavó entonces el caballero, y se dispuso a comer. Los criados, respetuosos y atentos,
trajeron diversas y finas sopas, exquisitamente sazonadas, servidas en dobles raciones,
tal como se debía, y diversas clases de pescado; unos horneados en pan,otros asados sobre brasas, otros hervidos, otros en salsas con especias; tan hábilmente
condimentados todos que le procuraron el más grande placer. De modo que el buen
caballero no tuvo sino palabras de cortesía para lo que él calificó muchas veces de
verdadero banquete mientras los demás, a la vez que le servían, le aconsejaban: .
-Servíos tomar este alimento de penitencia, que pronto podréisresarciros.
Y con ello, el caballero recobraba su alegría y humor; pues el vino caldea siempre el
ánimo.
Le interrogaron entonces con discreción acerca de él; a lo cual explicó que venía de la
corte del magnánimo Arturo, el rey más noble de la Tabla Redonda; y que a quien ahora
tenían allí sentado era al propio sir Gawain, el cual había llegado por ventura, a causa de
la Navidad. Muy fuerte rió el señordel castillo cuando supo quién era el caballero al que
la fortuna había traído a su morada, transmitiendo su dicha y alegría a cuantos hombres
se alojaban en su casa, los cuales acudieron ansiosos por ver y conocer a aquel que
reunía en su persona todo el valor, donosura y modales, y conquistaba incesantes
alabanzas; pues era el más elogiado de los hombres en la tierra. De modo que cada uno
delos caballeros comentaba en voz baja a su vecino:
-Ahora podremos apreciar los más finos modales, y las maneras más gentiles del diálogo.
Sin haberlo pedido, vamos a escuchar el estilo impecable de la conversación, ya que
tenemos entre nosotros a este padre de la buena crianza. Dios ha sido verdaderamente
generoso con nosotros, al traernos a un huésped como Gawain, a la hora en que los
hombres sesientan gozosos en torno a la mesa a cantar en honor del nacimiento de
Cristo. Este caballero nos enseñará, espero, lo que es el amor cortés(19).
39.
Cuando el noble caballero terminó de comer y se levantó era ya casi de noche. Los
capellanes se dirigieron a sus capillas e hicieron repicar profusamente las campanas,
como era obligación, para las solemnes vísperas de tan solemne festividad.
El señordel castillo encabeza la marcha; junto a él va también su esposa, que entra en
su elegante y espacioso oratorio. Gawain se dirige allí de buen grado, pero el señor le
retiene por la manga y le guía a un asiento, saludándole y llamándole por su nombre, y
diciendo que es el huésped al que con más cariño acoge del mundo. Gawain le expresó su
agradecimiento; se abrazaron los dos y permanecieronsentados con grave actitud
mientras se desarrollaba el oficio. La dama sintió luego deseos de observar al caballero; y
salió de su pequeño retiro acompañada de preciosas doncellas. Su rostro, la carne y el
color de su piel, la proporción de su cuerpo y el encanto de sus ademanes la hacían la
más hermosa de las mujeres, aventajando a la propia Ginebra a juicio de Gawain. Cruzó
éste el presbiterio y fue apresentar sus respetos a la bellísima dama.Conduciéndola de la
mano izquierda, iba otra dama de más edad, con aspecto de anciana, por la que los
hombres que la rodeaban manifestaban gran respeto. Pero era muy distinto el aspecto de
estas dos mujeres; pues si la una era joven, la otra en cambio tenía la tez amarilla. Un
rico matiz sonrosado encendía el rostro de una; profundas arrugas surcaban...
Regístrate para leer el documento completo.