LIBRO EL fantasma de canterville
EL FANTASMA
DE
CANTERVILLE
Y
EL CRIMEN
DE
LORD ARTHUR SAVILE
El fantasma de Canterville
y El crimen de Lord Arthur Savile
Oscar Wilde
© Pehuén Editores, 2001.
)1(
OSCAR WILDE
EL FANTASMA
DE
CANTERVILLE
Y
EL CRIMEN
DE
LORD ARTHUR SAVILE
EL FANTASMA DE CANTERVILLE
I
T
ODOS LE DIJERON al señor Hiram B. Otis, embajador deEstados Unidos de Norteamérica, que cometía un gran
disparate cuando adquirió el castillo de Canterville,
porque el lugar estaba embrujado.
Hasta el mismísimo Lord Canterville, como hombre de gran
honradez, se creyó en el deber de comunicárselo cuando pactaron las
condiciones de venta.
-Nosotros mismos no hemos vuelto a vivir allí -expuso Lord
Canterville- desde que a mi anciana tía, laduquesa viuda de Bolton,
le dio un ataque, del que no logró recobrarse nunca, a causa del terror
que le produjo sentir sobre sus hombros dos manos esqueléticas,
cuando estaba vistiéndose para la cena. Me creo también obligado a
decirle, señor Otis, que el fantasma ha sido visto por varias personas
de la familia, aun en vida, como asimismo por el párroco de la localidad,
© Pehuén Editores,2001.
)2(
OSCAR WILDE
EL FANTASMA
el Rdo. P. Augusto Dampier, profesor asociado del Kings College de
Cambridge. Después del lamentable incidente ocurrido a la duquesa,
ninguno de los criados quiso continuar a nuestro servicio, y Lady
Canterville muchas noches apenas si logró conciliar el sueño, debido
a los ruidos misteriosos que provenían de la galería y la biblioteca.
-Milord-respondió el embajador-, me quedo con el mobiliario y
con el fantasma por lo que valgan. Procedo de un país moderno,
donde tenemos todo lo que se puede adquirir con dinero y, dada la
diligencia de nuestros bravos compatriotas en divertirse por todo el
Viejo Mundo y en robarles a ustedes su mejores cantantes y actrices,
sospecho que, si hubiera habido algún fantasma en Europa, ya lo
tendríamosen Norteamérica, en un museo o en una barraca de feria.
-Temo que el fantasma exista -dijo, sonriendo, Lord Cantervilleaunque haya podido resistir hasta ahora a las ofertas de los audaces
empresarios norteamericanos. Ha dado pruebas sobradas de su
existencia desde hace tres siglos, desde 1584 exactamente; y cada vez
que alguna persona de la familia va a morir no deja de aparecer.
-Si vamos aeso, lo mismo hace el médico de la familia, Lord
Canterville. Pero, los fantasmas, amigo mío, no existen, y supongo
que la Naturaleza no habrá hecho una excepción en favor de la
aristocracia inglesa.
-Se ve que ustedes los norteamericanos son muy aficionados a la
Naturaleza -contestó Lord Canterville, no alcanzando a comprender
exactamente la última observación del señor Otis-; pero tantomejor
si no le importa a usted tener un fantasma en casa. Yo, por mi parte,
se lo he advertido. Le ruego que no lo olvide.
Pocas semanas después se legalizó la venta, y al finalizar la
temporada el embajador y su familia se trasladaron al castillo de
Canterville.
La señora Otis, que de soltera, como Lucrecia R. Tappan (de
West 53 Street), había sido una de las bellezas más celebradas deNueva York, era a la sazón una hermosa señora, de edad madura, con
unos ojos magníficos y un perfil soberbio. Muchas damas
© Pehuén Editores, 2001.
DE
CANTERVILLE
Y
EL CRIMEN
DE
LORD ARTHUR SAVILE
norteamericanas, cuando abandonan su país natal, adoptan una
enfermedad crónica, imaginando que ello es una forma del
refinamiento europeo. La señora Otis nunca había caído en esteerror.
Poseía una espléndida constitución y una vitalidad realmente
extraordinaria; como que, en muchos sentidos, era absolutamente
inglesa y un ejemplo vivo de que, en realidad, hoy día nada nos separa
de los Estados Unidos, como no sea el idioma, naturalmente. Su hijo
mayor, bautizado con el nombre de Washington por sus padres, en
un rapto de patriotismo, que el interesado lamentara toda...
Regístrate para leer el documento completo.