Libro la escuadrilla del sahara

BILL BARNES. La escuadrilla del Sahara
George L. Eaton

Bill Barnes/4

CAPÍTULO 1 LA ESCUADRILLA DEL SAHARA En el barrio indígena de Túnez, y en una habitación tapizada, junto a la Rue Sidi Esserden, tres individuos conspiraban. El lugar donde se tramaba el complot se hallaba perdido en un laberinto de callejuelas, ya pasado el arco macizo de la Porte de France. Esos tres individuos nohubieran llamado la atención de nadie, de habérseles encontrado entre las multitudes abigarradas de una ciudad del Africa septentrional. Dos de ellos, los de más edad, eran a todas luces procedentes del Sahara, del Oasis

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de Kufra: dos bereberes, producto auténtico del desierto. El otro, el más joven, de rostro cetrino y nariz ganchuda, era sin duda alguna un tuareg, hijo, también, delpáramo arenoso. Los tres individuos eran emisarios de la temida sociedad secreta del Africa norteña, los senusi. El de más edad de los tres, conocido con el nombre de Kalfat ben Kaddour, discutía con el más joven de sus colegas. -¡Por los siete cabellos de Kufun! -dijo en tono imprecatorio, dando con las manos en la pequeña mesita ante la cual se sentaba, con tal vehemencia, que hizo trepidar lastazas de café-. ¡Esa mujer que le acompaña puede ser nuestro instrumento! -¿Pero es cierto, que eso es una mujer? -preguntó el más joven de los reunidos-. En los bazares se murmura que están comprometidos para casarse, aunque sólo un francés podría sentarse en un café público con su prometida. ¡Imagínate! ¡Una mujer sin velo en la cara y sin ir acompañada de su hermano o de su padre! -¡Sólo Alá,conocedor de los secretos de los corazones, es capaz de juzgar una acción semejante! -dijo el más anciano-, pero si de acuerdo con las costumbres francesas, esa mujer es su prometida, ¡tanto mejor para nosotros! -¿Es que no tiene esa joven padre o pariente masculino alguno?-preguntó el joven. -Sí, tiene un hermano, un hombre que se ha granjeado cierta fama de guerrero y de conquistador del aire enuno de esos extraños aparatos en los que vuelan los franceses y los infieles. -¿Es de origen francés? -No. Procede de la raza ultramarina; es americano. -¿Y el nombre de su hermano?-el más joven de los contertulios se inclinó con avidez hacia adelante. -¡Bill Barnes!-replicó Kaddour, mesuradamente. -¿Y es a la hermana de éste a quien te propones secuestrar? ¿Acaso ignoras que Barnes tiene grannombradía, no sólo entre los bazares del Norte de Africa, sino en el mundo entero? -dijo Amar ben Alí-. Esa persona es muy rica, tiene una legión de adeptos, y además no reconoce rival como hombre de lucha ni como aviador. Los dos oyentes no parecían contagiarse de la opinión de su colega. El más joven de los tres se hallaba dispuesto a asestar el golpe contra el capitán René Martín, el intrépidooficial francés que tan repetida como victoriosamente había hostilizado a los emisarios de los senusi, haciéndoles, en cada ocasión, fracasar en sus siniestros y audaces planes, para arrojar al hombre blanco de los dominios de Africa. Los compañeros de Amar ben Alí trataron de persuadir a éste, pero sin resultado perceptible. Y así llevaron a efecto sus proyectos sin contar para nada con él. Sabíaseque Patricia Barnes, hermana de Bill Barnes, el aviador de fama mundial, estaba en Túnez; y se sabía también que Patricia era la prometida del capitán René Martín, y que en su compañía frecuentaba lugares públicos. El proyecto, pues, quedaba reducido a secuestrar a Patricia y a tenerla en rehenes, como medio de coartar la actividad del capitán francés, su inexorable enemigo. Amar ben Alí se limitó amover la cabeza en señal de duda, citando al efecto la máxima: -Cuando le pegues fuego al bosque, no olvides que puede haber tigres dentro de él. Cómo secuestrar a Patricia quedó rápidamente convenido. Selim, el joven tuareg, que había trabajado para los blancos y conocía el inglés y el francés, y que además era hombre audaz, de iniciativa, fue designado para la operación.

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