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NOAM CHOMSKY
CONOCIMIENTO Y LIBERTAD
Prólogo
y
notas
de
CARLOS-PEREGRfN OTERO
EDITORIAL ARIEL
BARCELONA- CARACAS- MÉXICO
Título original:
PROBLEMS OF KNOWLEDGE AND FREEDOM
Russcll Lectures
Pantheon Books, Nueva
The
York
Traducción de
c ..P. OrEao v J. SEMPERE
Cubierta: Alberto Corazón
1' edición: septiembre de 1972
2�edición: marzo de 1977
© 1971: Noam Chomsky, Cambridge, Mass.
©del prólogo: Carlos�Peregrín Otero, Los Angeles, Cal.
© 1972 y 1977 de la traducción castellana para España y América:
Ariel, S. A.) Av. J. Antonio, 134, Esplugues de Llobregat (Barcelona)
Depósito legal: B. 14571
ISBN, 84 344 0720 5
�
1977
[mpreso en España
1977.
Av .
.J.
L G. Seix y Barra! Hnos., S. A.Antonio, 134, Esplugues de Llobregat
-
(Barcelona)
PRÓLOGO
Sólo para el que tenga subdesarrolladas u obnubi
ladas las entendederas podrá no ser cosa palmaria o al
menos entrevista la singularidad e importancia de este
libro, patentizada en buena parte por el conjuro que
ejerce un capote sostenido al alimón por Bertrand Rus
sell y Noam Chomsky, no ya dos de las mentes másextraordinarias que han visto los siglos, sino también
dos de las personalidades más afines y estrechamente
vinculadas de nuestro tiempo. Poder leer este libro es
poder compartir lo que un Platón de hoy (sin las taras
y marras del Platón helénico) tiene que decir respecto
al Sócrates que le desbrozó el camino {rara coyuntura).
Porque pensar que Chomsky es, de cierto modo, el con
tinuador deRussell es mucho menos exacto y esclare
cedor que ver a Russell como uno de los más impor
tantes predecesores directos de Chomsky en el campo
de las ideas y como uno de sus contados predecesores
de gran rango intelectual en la palestra de la acción
política.
Como Shellcy, el poeta a quien tanto admiraba,
Russell se veía, en lo esencial, como un ser humano más
(cualesquiera que fueran susdotes individuales), y no
podía menos de solidarizarse plenamente con los des
tinos ajenos y erigirse en defensor impertérrito de todas
y cada una de "las inalienables prerrogativas de cada
ser humano", derivadas de "los principios de la na
turaleza humana aplicados a hombres y mujeres en la
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sociedad política" (para decirlo con palabras shelleya
nas que sin duda suscribiría tambiénChomsky). De ahí
su anti-elitismo y su horror al vacío de la torre de mar
fil que tan tentadora resulta a los ventajistas y manda
rines de una y otra ralea. Ya en la palestra de la lu
cha cotidiana por un mundo decente, supo batirse con
tra la sinrazón con la reciedumbre y la perseverancia
que exigen los grandes descubrimientos intelectuales y,
por supuesto, valiéndose de la mismacatapulta mental
que hizo posible Principia mathematica. En este Se!1tido, Chomsky es algo así como el relevo de Russell
-dos atletas de dispar edad y muy desiguales arrestos
pasándose la antorcha del indomable (aunque desgra
ciadamente no inextinguible) espíritu humano-, y un
relevo de no menos energía o estatura intelectual o
moral, siendo de notar que uno y otro han llegado a
mostrar con elejemplo (en Rusia o Indochina) que la
labor del reportero no es incompatible con las mejores
credenciales intelectuales sirio todo lo contrario (justo
parece añadir que ni en el acopio de información em
pírica ni en la penetración del .análisis palidece At war
with Asia (1970) frente a The practice and theory of
bolshevism (1920), una de las partidas favorables en
el saldo de medio siglo).Si el mejor ib.ornenaje a Russell
es reconstituir el Tribunal para juzgar los horrendos
crímenes de la guerra de Indochina (crímenes de lesa
humanidad, sin igual en los anales de la depravación
humana), no cabe duda de que el honor de reemplazar
a Russell corresponde a Chomsky.'
l. Parece significativo que la Introducci6n de Bertrand
Russell a John Duffet (ed.), .1gainst the crime of...
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