Libro pepa y la virgen
y La Virgen
Emilio Martínez
ï
Datos Biográficos del autor, según texto de D. Samuel Vila:
Emilio Martínez nació en Madrid (España), convertido a la fe evangélica en el año 1869, a los 19 años de edad, habiendo sido antes católico romano. "En el año 1868 —escribe—, al ocurrir la gloriosa revolución de septiembre, que permitió que la Biblia fuese un libro abierto para España, era el queesto escribe un fanático católico romano, supersticioso y pecador". Sus maestros en la preparación para el ministerio evangélico fueron los doctores Knapp y Gladstone y los señores Moore, Carrasco, Orejón y Armstrong.
En 1870 fue enviado como colportor a Cataluña y al año siguiente a Valencia.
Ya desde 1872 fue nombrado redactor de El Cristiano, bajo la dirección del Sr. Armstrong, secretario ala sazón de la Sociedad de Tratados Religiosos, de Londres.
En 1878 se encargó de las misiones de San Vicente de Castellet y Monistrol de Montserrat.
En 1884 fue ordenado en Madrid para el ministerio en la Iglesia Española Reformada por el obispo Plunkett, de la Iglesia de Irlanda.
En 1888 se trasladó a Valladolid para hacerse cargo de la iglesia en esa ciudad. Su nombre ha pasado a laposteridad principalmente por sus por sus escritos históricos y novelas.
Murió el 6 de abril de 1919. Ese mismo año en que los evangélicos españoles celebraron con el Congreso Evangélico de Madrid el cincuentenario de la libertad religiosa y de la obra evangélica en España.
SAMUEL VILA
î
CAPÍTULO 1
En el portal de una gran casa de vecindad de Madrid, situada en los barrios extremos, hay unaespecie de nicho y dentro de él, un cuadrito con una estampa que, según dice el letrero, es el verdadero retrato de nuestra Señora de la Soledad.
Una pequeña y mugrienta lamparilla alumbra, como avergonzada, al cuadro, al pie del cual hay una tablita a guisa de altar, con un lienzo y dos pequeños y pintarrajeados tiestecitos de yeso con flores de papel de color.
Dos vecinas son las encargadas desuministrar el aceite para que arda continuamente la lamparilla.
Estas dos mujeres son viudas, vendedoras, y repiten sin cesar que, desde que la virgen tiene luz, no ha sucedido desgracia alguna en la casa, cuando antes no pasaba día sin que hubiese que lamentar algo.
El aceite está por las nubes y ellas son pobres; pero primero dejarían sin comer a sus hijos que sin aceite a su lámpara.
El chico deuna de las mujeres, llamado Julián, de oficio vidriero, entró un domingo en un templo evangélico, donde a la sazón se celebraba una Escuela Dominical: habiendo quedado muy complacido de lo que ahí oyó, siguió asistiendo al referido lugar sin decir nada a su madre, por temor de disgustarla, hasta que, por la misericordia de Dios creyó en el Evangelio.
Desde entonces el pobre chico rogaba a Diosque trajese a su madre al verdadero camino, y ya veremos como Dios oyó sus ruegos.
El muchacho tomaba porciones bíblicas de las que se reparten en las Iglesias evangélicas y, una hoja desprendida de ellas cayó al suelo, en su casa y la madre la encontró.
La hoja no tenía principio ni fin y al encontrarla la pobre Pepa -así se llamaba la madre de Julián- no pudo saber de lo que se trataba, y sólopudo leer: "Todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios. El hombre es impotente para ganar su salvación; en vano confía en sus méritos y obras, pues siendo él concebido y nacido en pecado, sus obras y méritos son miseria y corrupción. No hay justo ni aún uno, y maldito el hombre que confía en el hombre..."
Nada más pudo leer Pepa, pero esto bastó, pues empezó a concentrarse en sí y acavilar en lo que había leído.
Pasó muchos días en una grande inquietud que le quitaba el sueño y hasta el apetito. En vano rogaba día y noche a la virgen su portera, según ella la llamaba, para que le devolviese la tranquilidad; su querida virgen, o se había vuelto sorda, o no quería escucharla.
Un día, después de haber echado aceite en la lámpara, se encontró en la escalera con la señora...
Regístrate para leer el documento completo.