Libro Szimanky3

Estornudar
© Carlos Szymanski ,2015
© Ediciones KAKU editorial, 2015
© Pirron Diego, ilustraciones.
© Miriam Chanocua, edicion.

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Duele

Carlos Szymanski

Estornudar DueleEstornudar duele
Ayer en la mañana, mis amigos y yo jugamos
futbolito contra los de la calle de junto, una
“cascarita”, pues. Ya me había raspado una rodilla
en una de esas que me barrí y luego me metieron
un buen patadón en la espinilla, dicen que me puse
blanco y que no podía ni hablar pero a mí ni me
dolió. Nomás me caí por el golpe y no podía hablar
porque ya iba a meter gol y me dió coraje.Estábamos
ganando 3-1, solo que yo me tuve que ir antes que
terminara el juego por que me dieron un pelotazo
en la cara, en el meritito ojo. Fué sin querer, así es
el futbol, pero ni modo que me levantara llorando
frente a mis cuates y menos frente a los de la otra
calle, así que nomás me aguanté y me fuí a mi casa
cojeando y con el ojo morado; ni le dije a mi Mamá
porque luego por eso no me dejasalir a jugar. “Se
llevan muy pesado”, dice.

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Al rato pasó a buscarme Pepe para invitarme a
nadar al deportivo con sus hermanos. No quería
salir. No es que me dolieran los golpes ni porque
no quisiera que me vieran con el ojo así.
Nomás no quería salir. Solo que hacía mucho calor
y pues le dije a Pepe que me esperara tantito; como
mi Mamá estaba en el lavadero, ni cuenta se dió
de que traía unaluz apagada. “Se van con cuidado,
m’hijo”. Me aconsejó.
“¡Híjoles, mano! Te quedó bien feo el ojo” me dijo
Pepe cuando íbamos de camino en el metro. “No te
preocupes” dijo su hermano Javier, “eso se quita
como en tres días”.
¡¿Tantos?! ¡Ujule! Así sí se van a dar cuenta mis
papás y Gonzo, mi hermano. El es más grande
que yo y siempre me está molestando, como buen
hermano mayor.
Ya en la alberca, niquién se acordara de Gonzo, me
la estaba pasando padrísimo. También allí estaban
nadando unas primas de Pepe. Hay una que se
llama Lulú, que es de mi edad.

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No me gusta... Sí tiene
ojos bonitos y se le
hacen unos hoyitos bien
chistosos en los cachetes
cuando se ríe y -hasta
eso- se vé bien con traje
de baño y una vez nos
quedamos platicando,
pero ni me fijo en ella...
bueno, esocreo.

“¡Vengan! ¡Vamos a echarnos clavados!” Oímos
que nos gritaba Javier desde la otra orilla, donde
estaba más hondo, como de dos metros. “¡Orale!
¡Vamos!” Me animaba Pepe. No es que me diera
miedo, ni porque nunca me hubiera echado un
clavado ni porque anduviera con un traje de baño
que me quedaba grande, sino porque no tenía ganas
y ya. “¡Andale! Lulú también se va a aventar”. Ya
les dije, noes que me guste Lulú, pero Pepe me
invitó y ni modo de decirle que no.

“¡Ejele, mi chavo! Ya
te caché viendo a Lulú
otra vez” Decía Pepe
muy divertido mientras
los
dos
estábamos
agarrados de la orilla de
la alberca, tostándonos
otro poquito. “Ya van
cinco veces... se me hace
que te gusta” decía el muy
adivino. “¡Nooo! ¡¿Qué
te pasa?! Nomás me cae
bien” le respondía yo.

Total que me paré en laorilla, cerca de ya-sabenquién. Allí estaba ella, yo no la llamé ni nada.. .
conste. Cuando me tocó a mi el clavado, dí un brinco
bien alto, puse las piernas derechitas, derechitas y
entré como flecha... según yo. Quién sabe porqué
se me salió el aire al entrar al agua.
Eso sí, me dí un coco bien feo con la pared de
la alberca cuando me estaba saliendo. No me
descalabré. Salí viendo doble y medio...