Libro
La sutileza de un acto fallido
Sigmund Freud
Segmund Freud CLXXXVIII LA SUTILEZA DE UN ACTO FALLIDO (*) 1935
HALLÁBAME preparando un obsequio de cumpleaños para una amiga mía,una pequeña gema grabada que debía ser engarzada en un anillo. Estaba adherida al centro de una cartulina sobre la cual escribí las siguientes palabras: «Vale para el joyero L., por un anillo de oro aconfeccionar… para la piedra adjunta, que lleva grabado un barco con velas y remos.» Donde en esta leyenda aparecen los puntos suspensivos, o sea, entre las palabras «confeccionar» y «para», había unapalabra que me vi obligado a tachar por ser totalmente ajena al contexto. Era la pequeña palabra bis [«hasta» en alemán]. ¿Qué pudo haberme inducido a escribirla? Al releer esta breve inscripciónadvierto que contiene dos veces la palabra für [«para»] en rápida sucesión: «Vale para el joyero... para la piedra adjunta». Eso no quedaba bien y debía ser corregido. Luego se me ocurrió que al insertarel bis en lugar del für trataba de evitar esa torpeza estilística. Sin duda era así, pero en dicho intento aplicaba medios particularmente inadecuados a tal fin. La preposición bis no guardaba lamenor relación con este contexto y no podía sustituir el inevitable für. ¿Por qué entonces elegí precisamente ese bis? Posiblemente, empero, la palabrita bis no fuese en modo alguno la conocidapreposición limitativa de tiempo, sino algo totalmente distinto: es también, en efecto, la palabra latina bis («por segunda vez»), que con este mismo significado se conserva aún en francés. Ne bis in idem («Noefectuar dos veces el mismo procedimiento»] es una máxima del Derecho romano, y ¡bis, bis! exclaman los franceses cuando desean que se repita una representación. He aquí, pues, la explicación de miabsurdo error de escritura. Antes del segundo für percibí la advertencia de no repetir la misma palabra, o sea, de poner alguna otra en su lugar. La casual identidad fonética entre la palabra foránea...
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