Libro
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Carole Mortimer
Tras el cariño
Los hermanos Prince
Argumento:
¿Cómo le podía decir que habían tenido un hijo?
Sapphie Benedict había perdido su virginidad con Rik Prince, un atractivo guionista de Hollywood. Convencida de que Rik estaba enamorado de su hermanastra, Sapphie pensó que no lo volvería a ver y que nunca tendría ocasión deinformarle sobre las consecuencias de su breve aventura amorosa. Cinco años más tarde, se reencontraron en París. Sapphie se dio cuenta de que todavía lo amaba, pero sus vidas eran más complicadas que nunca. No le podía declarar su amor ni mucho menos... confesarle que era padre de un niño precioso.
Prólogo
RIK! ¡Rik Prince! ¿Es posible que seas tú? Rik se quedó helado con elprimer sonido de aquella voz ronca y sensual. Sus músculos y sus tendones se paralizaron y su pecho dejó de subir y de bajar. Su corazón fue lo único que siguió funcionando; pero a un ritmo más rápido de lo normal, como si intentara protegerse del recuerdo de un dolor.
La reconoció al instante.
Era una voz que había oído muchas veces en sueños. Una voz que, todos los días, durante meses,lo había instado a levantar el auricular del teléfono para volver a oír su tono cálido al otro lado de la línea. Y todos los días, colgaba antes de llamar.
Llevaba mucho tiempo sin pensar en ella; tanto tiempo que había llegado a convencerse de que su vieja infelicidad estaba muerta y enterrada.
Pero cabía la posibilidad de que se hubiera equivocado.
–¿Rik?
La voz, de acentoinglés, sonó más cerca. De hecho, Rik supo que Dee se encontraba justo detrás de él incluso antes de sentir el contacto de su mano.
Con un esfuerzo, recobró el control de su cuerpo y volvió a respirar. Quedarse allí, en mitad de la calle, paralizado por la sorpresa, no era la mejor forma de afrontar el problema. Tenía que darse la vuelta y mirarla.
Cuando por fin lo hizo, descubrió queestaba más guapa que nunca. Alta, rubia, de piel morena y con los ojos verdes más increíbles que había visto en su vida. Diamond McCall, Dee para los amigos. Habían pasado cinco años desde que Rik la dejó, pero seguía haciendo honor a su nombre; era un diamante de belleza cegadora.
Un diamante que irradiaba glamour hasta con los vaqueros desgastados y la sencilla camiseta de color rosa que sehabía puesto aquel día. Un diamante que se había convertido en la actriz mejor pagada de Hollywood. Un diamante cuyo nombre en los títulos de crédito bastaba para que cualquier película fuera un éxito de taquilla.
Pero también era la esposa de otro hombre.
–¡Sabía que eras tú! –la cara de Dee se iluminó con una gran sonrisa–. Me habían dicho que si te quedas el tiempo suficiente en losCampos Elíseos de París, terminas por encontrarte a todo el mundo… ¡Pero no lo había creído hasta ahora! ¿Qué estás haciendo aquí?
Rik no encontró una respuesta. No sabía qué estaba haciendo allí ni, a decir verdad, quién era. Su mente se había quedado en blanco en cuanto miró sus ojos verdes.
–¿Es que sigues enfadado conmigo?
Él se preguntó lo mismo. Había estado muy enfadado con ellay con su madrastra y su hermanastra, un par de manipuladoras decididas a que Dee se casara con el multimillonario y poderoso Jerome Powers. Pero al mirarla ahora, le pareció difícil de creer que alguien pudiera estar enfadado con una criatura tan bella y tan llena de energía.
–Di algo, por favor… –insistió ella, sin dejar de sonreír.
Rik no estaba seguro de poder decir nada. Se sentíacomo si se le hubiera quedado la lengua pegada al paladar; un hecho más propio de un adolescente que de un guionista de treinta y cinco años con éxito profesional que, por si eso fuera poco, era copropietario de una compañía cinematográfica.
En otras circunstancias, le habría parecido patético; pero en esas, le pareció una reacción justificada.
Al fin y al cabo, no esperaba encontrarse...
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