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SALIR DEL POZO
¿Alguna vez estuviste en una situación en donde sentiste que todo te salía mal?
¿Pasaste horas en tu cama sin ganas de poder levantarte, o con la misma ropa varios días y
hasta singanas de bañarte?
¿Tuviste la impresión de qué no ibas a salir del pozo en el que te encontrabas?
Son simples descripciones de un cuadro depresivo. Somos seres humanos, y la gran
mayoría denosotros hemos presentado síntomas como estos o parecidos, al menos una
vez. Claro que no vamos a estar gritándolo a dos voces, porque la sociedad no ve bien que
una persona se encuentre en ese estado.Ojo que dije la sociedad, no tus amigos o
familiares.
Si tenemos que contratar a alguien, preferimos al optimista y triunfador. Si buscamos
pareja no queremos que se nos enganche un depresivo.Incluso es en estos momentos
donde aparecen los verdaderos amigos, quienes permanecen a tu lado a pesar de que
escuchan tus desdichas. Pero afrontemos el hecho de que la gran mayoría de los sereshumanos pasamos por algún momento así. Y aceptemos que la sociedad no lo recibe a
manos abiertas.
Y es curioso, porque el ser humano tiene sentimientos y emociones que son intrínsecos a
él. Y otrasque se desarrollan con su infancia y superego (adhiriéndome a las teorías
freudianas). Por ejemplo, la ira, es una emoción innata. En la edad de piedra la irá, la
bronca y el miedo permitían que uncavernícola sobreviviera, consiga comida y proteja a
su hembra.
Pero luego la sociedad se desarrolló y comenzó a llamar enfermos a las personas que no
pudieron canalizar estas emociones suprimidasy prohibidas. Sin la ira, grandes figuras de
nuestra historia, como Luther King, no hubieran podido llegar a dónde llegaron y por lo
tanto nos hubiéramos prohibido disfrutar de resultados tanbeneficiosos para la sociedad.
Pero todo es subjetivo, reza el dicho, y es que acaso, quiénes somos para señalar con el
dedo a los enfermos. Quién podría estar más enfermo: ¿un nazi en un campo de...