Libro

El enigma de los Ilenios I

MARCADO

Pedro Urvi

Trilogía El enigma de los Ilenios:
Libro I: MARCADO (Publicado)
Libro II: CONFLICTO (Publicado)
Libro III: DESTINO (20 Junio 2014)
Comunidad:
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Dedicatoria:

Esta saga está dedicada con todo mi cariño a mis maravillosos padres,
por todo su amor y apoyo incondicional.

Índice

Dedicatoria:
Índice
Mapa
Prólogo
Repudiado
De Loboa Oso
Oscuro poder
Hilos del destino
Tragedia
Testigos de una decisión
Que las diosas te protejan
Sanación
Despedida y comienzo
Veneno, dulce despertar
Emboscada
Desaparecido
Tres y un camino
Territorio hostil
Gratos recuerdos
Tras la pista
Una luz de esperanza
Premonición
El letargo de los guardianes
Poderosa tierra
Intriga encubierta
Intangible poder
Venganza en la nocheTierra… Ser… Tierra… Convertir
Tras el sombrío rastro
Inquebrantable
Tesoros

Lluvia de tierra
Elegidos enfrentados
Precio a su cabeza
Vínculo arcano
Atentado
Mi deber… proteger
Tan cerca… y tan lejos
Heroísmo
Engaño letal
Epílogo
Fin del Libro I
Agradecimientos

Mapa

Prólogo

—¡No moriremos hoy aquí, mi querido amigo, de eso puedes estar seguro! —
prometió Haradin,penetrando con su intensa mirada la ventisca de nieve que arreciaba
en la noche—. La situación se complica pero nada temas, Haradin está aquí para
protegerte del frío de la noche y del letargo sin retorno.
La gélida tormenta de nieve azotaba con virulencia las majestuosas montañas Ampar,
cubriendo de un manto blanco cuanto a sus pies se hallara. Haradin avanzaba cual
esforzado peregrino con pasocansado, siguiendo el sendero serpenteante. A la sombra
de aquella inmensa figura rocosa, el viajero luchaba contra los elementos cual
embarcación intentando no zozobrar en un mar embravecido y glacial.
A cada paso que recorría, Haradin sentía como se agotaban sus ya exiguas fuerzas
devoradas por el esfuerzo. Cada apoyo de su báculo sobre el suelo de la montaña,
resentía su brazo. Cada pisadacon sus botas de cuero sobre la traicionera nieve del
camino emitía un mensaje de dolor que azotaba su mente. Aun así, el enjuto y alto
viajero continuaba su escalada, impasible ante los elementos, consciente del peligro que
lo rodeaba.
Sacudiendo la nieve que le cubría los largos cabellos rubios, se colocó bien la
capucha. A sus veinticinco años de edad y debido a una vida singularmenteazarosa, se
había enfrentado ya a bastantes situaciones de peligro; por desgracia, aquella se estaba
convirtiendo a pasos agigantados en una de ellas.
El gélido viento de las montañas bufó con fuerza atravesando sus sucios ropajes,
ahora irreconocibles bajo la capa de copos cristalinos. Sintió el soplo penetrar la gruesa
túnica de invierno y morder con intangibles fauces de hielo su cuerpo. Buscórefugio en
un pequeño llano de robles centenarios y se cobijó bajo uno de gran tamaño. Apoyó el
báculo contra el tronco y dejó el morral sobre el suelo. Sacudió la nieve que le cubría el
brazo con un par de movimientos enérgicos y de un mordisco se quitó el guante de lana.
Valiéndose del dedo índice entreabrió su abrigo. Apartó suavemente la manta que
portaba, protegido contra el pecho, a...