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Después de largas horas, ya solo les faltaba 24 horas para llegar a Cartagena. Una orden general, dijo que todo el personal se pasara al lado de babor, él sabia perfectamente su significado, el barco escorando peligrosamente a estribor y había de equilibrarlo. Las olas, cada vez más fuertesi altas estallaban en la cubierta. Eran las once y media de la noche, a las dos llegarían al puerto; una ola enorme los tumbó, se cayeron todos al agua y el barco desapareció. Después de un breve instante apareció a más de 100 metros de distancia. CAPÍTULO 3 Luís Alejandro, se sostuvo en flote entre cajas, vio una de las balsas, y se puso a nadar hacia ella. La agarró y saltó al interior. Unamigo, tan solo estaba a dos metros de la balsa, y de la fuerte tormenta que había, se perdió entre las olas. Se quedó solo en la balsa esperando a que los otros lo vinieran a buscar. CAPÍTULO 4 Pensaba que seguramente, se comunicaría el accidente y aviones vendrían en menos de 2 horas a rescatarle. Se esperó mucho pensando que todos sus compañeros habían regresado. Una señal, al fondo de todo se veíaun punto negro y muy luminoso que se acercaba, era un avión. Muy rápidamente, Luís Alejandro se sacó la camiseta y empezó a hacer señas. CAPÍTULO 5 Desgraciadamente se equivocó, el avión no venía hacia la balsa y desapareció en el horizonte. Treinta horas después, vio claramente el primer animal, ¡era un tiburón! Por suerte, solo se paseo por allí unas horas y se largó. Ya era la segunda noche,no tenía hambre, pero si que tenía mucha sed. Se imaginaba que había un viejo amigo suyo en la balsa que le venía a saludar y hablaban durante toda la noche. CAPÍTULO 6 Para saber cuantos días llevaba, los contaba dibujando rayas, pero era inútil, se descontaba, no sabía si eran 29, 30 o 31 las terminaciones del mes de febrero. Perdió muchas esperanzas. Vio otra vez unas luces, pero esta vez debarco, pasó de largo y como el avión desapareció en el horizonte. Ya era el quinto día. Se le paró una gaviota joven muy cerca y intentaba cazarla para poder comer algo. CAPÍTULO 7 Por suerte la alcanzó le rompió el cuello y la descuartizó, se comió un trozo, pero le daba mucho asco. Pasaron ya siete días, era de noche, ya perdió las esperanzas al tener que arrojar su presa a los tiburones a cambio...
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