Libros
Entran Teseo, Hipólita, Filóstrato y acompañamiento
TESEO
Amable Hipólita, la hora de nuestro matrimonio se acerca ya. Cuatro felices días traerán la luna nueva; pero, ¡oh cuán lenta me parece en menguar la vieja! Aniquila mis esperanzas como una madrastra o una viuda que no acaba de morirse y se gasta las rentas del joven heredero.
HIPÓLITA
TESEO
Entran Egeo, Hermia, Lisandroy Demetrio.
EGEO
TESEO
¡Gracias, buen Egeo! ¿Qué te trae por aquí?
EGEO
TESEO
¿Qué dices, Hermia? Reflexiona, hermosa doncella. Para ti, tu padre debe ser como un dios; el único autor de tus gracias, sí, y el único para quien sólo eres como una forma de cera por él modelada y sobre la cual tiene el poder de conservar o borrar la figura. Demetrio es un caballero digno.
HERMIA
TESEOPersonalmente, sí; pero, faltándole en este asunto el permiso de tu padre, el otro debe ser el preferido.
HERMIA
TESEO
Más bien tus ojos debieran mirar con su discernimiento.
HERMIA
TESEO
O perder la vida, o renunciar para siempre a la sociedad de los hombres. Por consiguiente, hermosa Hermia, consulta con tu corazón, considera tu juventud, examina tus inclinaciones, para que sepas si, noaccediendo a la elección de tu padre, podrás soportar el hábito de religiosa y quedar desde luego encerrada en las sombras del claustro, a vivir tu vida de hermana estéril, entonando desmayados himnos a la yerta y árida luna. Tres veces benditas aquellas que pueden dominar sus pasiones y sobrellevar tan casta peregrinación; pero más dichosa es en la tierra la rosa cuya esencia destilamos, que la que,marchitándose en su tallo virgen, crece, vive y muere en bendición solitaria.
HERMIA
TESEO
Piénsalo con calma; y por la próxima luna nueva (día en que ha de sellarse entre mi prometida y yo el vínculo de eterna compañía), prepárate a morir por desobediencia a la voluntad de tu padre, o, por el contrario, a casarte con Demetrio, como él desea, o jurar para siempre ante el altar de Dianaausteridad y solitaria vida.
DEMETRIO
LISANDRO
EGEO
LISANDRO
TESEO
Debo confesar que ha llegado a mis oídos, y pensaba hablar de ello a Demetrio; pero, preocupado con mis asuntos, se me olvidó. Acércate, pues, Demetrio, y tú también, Egeo; acompáñenme; tengo que comunicarles algunas instrucciones particulares. En cuanto a ti, hermosa Hermia, trata de acomodar tu ánimo a la voluntad de tupadre, o, de lo contrario, prepárate a sufrir la ley de Atenas, que de ninguna manera podemos atenuar, la cual te condena a muerte o al voto de vida solitaria. Vamos, querida Hipólita, ¿cómo te sientes, amada mía? Demetrio, y tú, Egeo, síganme; tengo que confiarles una misión en lo relativo a nuestras bodas y conferenciar con ustedes acerca de algo más inmediato, que les atañe personalmente.
EGEOSalen Teseo, Hipólita, Egeo, Demetrio y acompañamiento.
LISANDRO
HERMIA
LISANDRO
HERMIA
LISANDRO
HERMIA
LISANDRO
HERMIA
LISANDRO
HERMIA
LISANDRO
HERMIA
LISANDRO
Entra Elena.
HERMIA
ELENA
HERMIA
ELENA
HERMIA
ELENA
HERMIA
ELENA
HERMIA
ELENA
HERMIA
Lisandro
HERMIA
(Sale Hermia).
LISANDRO
(Sale).
ELENA
(Sale).
Segundo acto
Un bosque cerca de Atenas.
Entran, pordistintos lados, un Hada y Puck
PUCK
¡Hola, espíritu! ¿Por dónde vagas?
HADA
PUCK
El rey celebra aquí sus fiestas esta noche. Cuida de que la reina no se presente ante su vista, pues Oberón está muy enfurecido contra ella porque lleva de paje a un hermoso doncel, robado a un monarca de la India. Nunca había tenido ella un objeto sustraído tan encantador; y el celoso Oberón querría hacer almuchacho caballero de su séquito, para recorrer los bosques inaccesibles; pero ella retiene por la fuerza al amado mozalbete, lo corona de flores y cifra toda su alegría en él. Y por eso ahora no se encuentran en gruta, pradera, clara fuente o a la brillante e indecisa luz de las estrellas, sin que se querellen de modo que todos sus duendes, llenos de miedo, se deslizan dentro de la corteza de las...
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