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“Cada vez que enciendo la televisión me entran ganas de leer un libro”

La telebasura entra a nuestras casas a diario y a todas horas. Desde temprana edad, la televisión ha estado presente ennuestro día a día cobrando gran importancia en nuestra educación, apenas sin percatarnos de ello. En los tiempos que vivimos, la programación está invadida por programas de corazón y reality shows engeneral. ¿De verdad creemos que este tipo de programas son tan buenos como nos hacen creer?

En primer lugar, lo único que hacen es lavar el cerebro a los teleespectadores. Con la amplia variedad decanales televisivos de los que disfrutamos, estamos casi menos informados de las realidades que cuando solo existía la primera cadena. La gente está más interesada en saber con quién se lió anocheSnooki en el reality “Jersey shore” que en los problemas de la crisis, en la situación que está el mundo hoy en día o simplemente tener algo de “culturilla general”.

En segundo lugar, me llama realmentela atención la falta continua de respeto que se tiene en los platós de los programas rosas. ¿Os habéis parado a mirar sólo cinco minutos de “Sálvame”? Lo único que se puede oír son un sin fin degritos y opiniones sin ninguna veracidad y personas que dicen ser periodistas o creen serlo por ser la ex mujer de un torero. Es un tipo de programa en el que se debaten temas sociales o cotilleos variosen horarios inapropiados.

Sin embargo, los teleespectadores parece ser que se sienten atraídos por éste tipo de programas, por el cuál tienen tanta audiencia. Quizás simplemente sea por el hechode pasar un rato escuchando debates que al parecer parecen “interesantes” por su alta audiencia, o para comentar entre amigos los problemas, cotilleos, romances…que surgen en esta clase de programas.Por el contrario, éstos programas sólo buscan atraer a sus espectadores con cualquier tontería para conseguir audiencia de la manera más fácil y sencilla. El ejemplo claro es Gran hermano,...