libros

Todos los días después de la escuela voy a tomar un café a la plaza que está pasando el parque frente a mi casa, siempre la misma mesa con un solo asiento, miro por la ventana cómo el tiempo va transcurriendo con la misma lentitud y monotonía; en la parada de taxis la misma señora mirando su reloj, el mismo señor de traje negro hablando por teléfono, los mismos perros ladrando frente al puestode comida esperando un trozo de carne. No llevo más de 2 meses en esta ciudad y aunque he observado tanto y pareciera que conozco a cada persona que pasa frente a la ventana, no es así, no conozco a nadie, me siento tan solo aquí sentado en el mismo local de café barato. Me pregunto ¿qué hace un chico de 18 años solo en una ciudad siguiendo una rutina?...no lo sé.
Un día salí de la escuela y comode costumbre me dirigí al café, caminé hacia la misma mesa de siempre, pero a unos pasos de llegar observé la mesa con atención, ya no tenía un asiento, ahora había otro de compañía, pero eso no es todo una de las sillas estaba ocupada por un joven de barba descuidada pero agradable sin duda. Me acerqué dispuesto a pedir la otra silla pero llegó una chica muy apresurada con el cabello desalineadodándole un duradero beso al joven, tome la mesa de junto, no podía parar de observar a la pareja de enamorados, todo el tiempo reían, jugaban, se decían palabras que me parecían cursis pero lo que más llamó mi atención es que en todo el tiempo que estuvieron en la mesa no voltearon a mirar la ventana, para ellos el tiempo a través de ella, la rutina que siempre se miraba tras esa ventana noimportaba, solo les importaba mirarse uno al otro y dejar que el tiempo siguiera su curso, me cansé de mirarlos, no paraban de derramar miel así que después de tomar mi café salí del lugar.
Al siguiente día llegué al mismo café y para mi mala suerte en mi mesa de siempre estaban los mismos jóvenes del día anterior, ahora decidí sentarme en una mesa que estaba en la parte trasera y saqué un libro y uncuaderno dispuesto a concentrarme.
A los pocos minutos de haber terminado mi tarea y un delicioso café de vainilla saqué de mi bolsillo derecho un cigarrillo y de mi bolsillo trasero un encendedor, miraba la llama mientras acercaba mi cigarrillo lentamente, nada robaba mi atención más que la llama que encendía mi cigarrillo, hasta que mi vista se desvió, ahí estaba sentada frente a mí, unahermosa chica de pelo verde, delgada, su figura se veía excelente, ojos verdes, piel color broce, con un persing en el ombligo, jeans azules rotos de las rodillas y una blusa de mi banda favorita “Queen”. La observaba sin que ella lo notara, no quería que pensara que era un pervertido.
Se sentó en la mesa de frente de tal manera que nuestras caras lograran enlazar una mirada. Saco un libro de sumochila y comenzó a leer, alcance a ver que decía la portada “Flores en el ático” uno de mis libros favoritos.
Me acabe mi capuchino y encendí otro cigarro, al llegar su café me pareció extraño, pues ella no despegó ni un momento los ojos del libro. Ella se miraba tan hermosa que vinieron en mi unas ganas inmensas de llenarla de flores y palabras bonitas, pero no podía decirlas directamente o pensaríaque era un loco, así que abrí nuevamente mi cuaderno, saqué una pluma y comencé a escribir un poema, no podía dejar de observarla. Al terminar cerré mi libreta y decidí guardar todas mis cosas y así dirigirme a ella con algún pretexto tonto pero cuando levanté la mirada ella ya no estaba. Perdí la oportunidad y me negaba a la idea de no volverla a ver.
Paso una semana y yo seguía esperando a esachica en la misma mesa trasera que ahora prefería sin importar que no tuviera una ventana. Todos los días, sacaba mi libreta y tomando café leía una y otra vez el poema, imaginando que ella estaba ahí como en el momento en que lo escribí. Su mesa vacía frente a la mía comenzaba a volverme loco, no sabía nada de ella solo que era un hermoso ángel en el que no podía dejar de pensar desde que se...