Lic. Ciencias De La Comunicacion
Era una tarde tranquila y cálida, papá había llegado avisitarnos a mi hermano y a mí como de costumbre. Estábamos en la sala platicando y riéndonos de las cosas que nos habían sucedido en el día mientrasmamá nos preparaba café. Yo estaba en un sillón con mi hermano y mi papá estaba en el de enfrente, cuando de repente vi como unos curiosos ojitos asomaban asus espaldas… “¡Manuel!”, gritó mamá cuando entraba a la sala, él se volteó y de un brinco se levantó rápidamente al ver a una pequeña zarigüeya que ibatrepando por el sofá, todos nos quedamos pasmados al verla pues, encontrar una de ellas en tu casa no es algo que pase todos los días, era bastantepequeña, tal vez un bebé, nos miraba de una forma muy simpática y singular, me pareció muy tierna, pero papá, a quien no le gusta los animales gritó:” Hayque matarla!!, Vamos, traigan algo para poder golpearla!”. Mi hermano corrió y enseguida regresó con una escoba entre sus manos, papá la tomó rápidamente,intentó golpear al animal pero falló, la pequeña zarigüeya cayó rodando al piso y luego salió corriendo hacia el patio. “Mátalo! Mátalo!”gritaba mamá, papá corría como loco de un lado para otro, mi hermano y yo no pudimos aguantar la risa al ver como todos sus intentos por golpearla eran envano, ésta se escabulló por un agujero pequeño de la malla, y ya no pudimos encontrarla. “Fue su día de suerte”, dice papá aún al recordar aquel día…
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