lic en estimulacion temprana

Sueños maestros
Seudónimo: Flor de Loto
Creo que eran las dos y media de la madrugada cuando la escuché, aquella mujer que lloraba tirada en el suelo y decía mi nombre en ese viejo hospital, era mi madre. Su llanto salía sin fuerzas, pero con mucho dolor. Aún así sus ojos llorosos me parecieron tan hermosos, tiernos como rosas recién abiertas. Me pregunté qué era lo que pasaba, a qué se debíaaquel afligido lamento. Entonces lo comprendí cuando una enfermera, un poco turbada, entró a la habitación donde yo estaba y le dijo al doctor:
­­­­­-La muerte de su hija le ha dolido mucho, pero bueno… ¿a qué madre no?
-Ya la he visto, si sigue así tendremos que solicitar ayuda para que la lleven a su casa. Solo convivían las dos, el padre de esta joven murió hace dos años, no conozco si tienemás familia. –expresó el doctor.
En ese momento no lo podía creer, intenté dirigirme al doctor y decirle que había un error, que aún seguía viva, pero extrañamente no lograba comunicarme, intenté gritar para que me escucharan, tampoco pude. Aunque me daba cuenta que continuaba viendo y oyendo, estaba separada de todos, percibía sentimientos de alivio y paz. Me sentía tan liviana como las hojassecas cuando son elevadas por la brisa.Ya no sentía el dolor de esa enfermedad que me había postrado durante años.
Entonces me quedé allí, flotando en el aire, algo más arriba de la gente que estaba en el cuarto, observando mi cuerpo, atravesándolo todo… El grupo de damas voluntarias del hospital intentaba llevarse a mi madre a casa. Era una escena desgarradora. Ella lo había presentido el día enque la lechuza había cantado en el árbol de almendro sembrado por mi padre. Su chillido áspero le había causado un escalofrío y desde ese día no volvió a dormir tranquila.
Sentí que ascendía, fue tan raro, pero yo solo dejé que mi alma fuera conducida no sé por qué o por quién. Atravesé, en segundos, un túnel oscuro hasta que llegué a un lugar muy resplandeciente donde no había sombra alguna.Irradiaba tanta paz. Yo seguí por un sendero, como de nubes, hasta llegar a una fuente de agua cristalina, donde habitaban seres alados envueltos en brillante luz. Estaba sorprendida, nunca antes había visto algo tan majestuoso: era el cielo. Pensaba entonces:
-¿Cómo estará mi madre, mi familia y mis amigos?
-No te preocupes, ellos están bien, un poco tristes por tu partida, pero ya se les pasará.–indicó una voz muy grave, pero consoladora a la vez.
Yo volteé para ver quién me había respondido y vi un ser tan perfecto rodeado de luz, estaba vestido de blanco y sus cabellos eran dorados. No pude ver su rostro, pues en él resplandecía un brillo tan luminoso que no dejaba verlo. Supe que era Dios. Muy emocionada caí arrodillada ante su majestuosidad. Él me levantó y me abrazó, dijo que habíallegado el momento de mi juicio y me preguntó:
-¿Qué hiciste en tu vida? ¿Qué puedes mostrarme?
Y entonces comenzaron a aparecer imágenes. Eran claras, tridimensionales, en colores y se movían. Delante de mí pasó toda mi vida: mi infancia, los acontecimientos en mi casa, la escuela... todo se sucedía ante mis ojos con los más mínimos detalles. De nuevo vivía estos sucesos. Veía casos en quefui engreída, egoísta, desobediente, cruel... Me avergonzaba de mí misma y deseaba que nunca hubieran ocurrido. No había lugar para la hipocresía ni para las máscaras, allí no existían. Pero cambiar lo vivido no era posible.
Fue sorprendente que en el diálogo con aquel ser maravilloso no articulábamos palabras, sino que nos comunicábamos con el pensamiento. Y esa telepatía dejó de ser tanagradable cuando me indicó que ese no era mi lugar, que mi alma había sido conducida erróneamente y que mis actos me condenaban. En aquel lugar lleno de paz y de luz se abrió una puerta para que pasara al otro lado, allí alguien vestido de negro me miraba, tenía dos grandes cachos sobre su frente y con una cola puntiaguda. Cada vez que me miraba me sonreía, pero yo quitaba la mirada, hasta que se...