Licenciada En Comunicación Social

El secuestro de Giácomo, un cangrejo policial

Pesquisas Un dramático secuestro se registró el 11 de marzo de 2008, en el municipio Mara, el del comerciante italiano Giácomo Benito Cunsolo Finol. Hasta la fecha, su paradero es un misterio. Hoy, revelamos la banda que presuntamente se lo llevó, conformada por más de 12 hampones, dirigidos por Luis Alfredo Rojas Pino, alias “El Suicida”. Unpolicía trabajó con ellos. A la víctima la tenían entre La Paila Negra, Guacuco, Tucaní y Cerro e’ Cochino. La familia pagó un millón de bolívares por su liberación.



Areanny Bastidas Blanco

Un pequeño altar en la sala de su casa, con las imágenes de Jesús de la Misericordia y la Virgen María, es el refugio donde Alecia Finol de Cunsolo, de 72 años, reza, hace 1.660 días, para que su hijo GiácomoBenito Cunsolo regrese de las garras del secuestro. Desde el 11 de marzo de 2008, cuando un grupo de desalmados se llevó a su hijo, su entusiasmo y ganas de vivir se desvanecieron como un castillo de naipes.

A las 7:00 am de aquel día, Giácomo, siempre pulcro y bien trajeado, haciendo gala de su simpatía, visitó por sorpresa a su mamá en Maracaibo, ya que su hermana Graciela estaba recién operada delcorazón. Sin saberlo, aquella fue la última vez que ambas lo abrazaron y besaron.

Once horas después, caída la noche, desde su negocio, en San Rafael de El Moján, en el municipio Mara, el comerciante subió a su camioneta Kía Caren, dorada para regresar a su vivienda en la avenida La Limpia y descansar.

Una de sus empleadas le pidió “la cola” y subió a la unidad con él y, por cuestiones deldestino, se bajó en el sector El Cruce y regresó a Mara porque recibió una llamada en la que le notificaban que habían suspendido las clases en la universidad, a donde se dirigía.

Cunsolo siguió solo su acostumbrada ruta por la Trocal del Caribe y al llegar al sector Cabeza e’ Toro, en un reductor de velocidad, justo a 300 metros del Comando Regional Número 3 de la Guardia Nacional, fue interceptadopor sus captores.

Los hombres, que viajaban en dos camionetas negras, lo obligaron a subir a una de los autos y huyeron con rumbo hacia Mara. Así comenzó el calvario que ya lleva 4 años y 7 meses.

“Dios me lo trajo para verlo ese día antes de que le hicieran daño a mi hijo y a nuestra familia, porque esto es horrible, es lo peor que le puede pasar a un ser humano, a nosotros nos ha cambiado lavida”, dice Alecia, conteniendo el llanto.

Oscar, un cuñado de la víctima, quien venía, prácticamente detrás de él, notó la camioneta, abierta de par en par y atravesada en la vía, y supo que una tragedia se avecinaba.

“Él se bajó de su carro y corrió, hasta se acercó al puentecito que está cerca y comenzó a gritar desesperado ‘Giácomo’, ‘Giácomo’ ¿Dónde estás? pensó que lo lanzaron o que algo lepasó”, recuerda María Teresa Galazzi Cunsolo, nieta de Alecia.

Una lugareña, quien presenció todo, le dijo al cuñado de la víctima: “Mi amor lo único que te puedo decir es que se lo acaban de llevar unos hombres con fusiles, él forcejeó mucho, no quería ir”.

De inmediato, la familia dio parte a la Guardia Nacional Bolivariana y ya la noticia del secuestro 24 en el Zulia, ese 2008, corrió portodo el poblado marense y se convirtió en titular de primera página de los periódicos regionales.

Lo que sucedió, en adelante, puede calificarse de “cangrejo policial”, pues hasta la fecha, ni autoridades, ni familiares, ni vecinos, pudieron ubicarlo, ni vivo, ni muerto. Tampoco se registró alguna detención contundente.

“Quiero hacerle una petición al señor Presidente, ya él sabe de este caso, yoestuve en un Aló, Presidente en El Tablazo, le entregué en sus manos un sobre con todo el caso, le suplico que me ayude. No se puede vivir con este tormento, al no saber de un hijo, que un par de personas sin sentimiento hagan esto y pongan a una madre en semejante tortura es terrible”, suplica, con voz entrecortada, Alecia Finol.

Después de ese contacto con el Mandatario, la familia sostuvo...