Licenciada en Educacion

LA SIRENITA
(1) Mar adentro el agua es tan azul como el cielo de verano, clara como el cristal más puro; y tan profunda, que si se echase el ancla, nunca tocaría fondo. Haría falta amontonar muchos campanarios, uno encima de otro, para llegar desde el fondo a la superficie.

(2)Y el fondo, no creáis que solo sea arena blanca. No: crecen allí árboles raros y plantas maravillosas, detallos y hojas cimbreantes que al menor movimiento del agua se agitan como si tuviesen vida.

Toda clase de peces, grandes y pequeños, gordos y flacos, se deslizan por entre esas plantas, exactamente igual a como lo hacen las aves por entre los árboles.
(3)En el lugar más profundo se levanta el palacio del Rey del Mar. (4) Tiene las paredes de coral y las altas ventanas ojivales del mástransparente ámbar; y el tejado está cubierto de conchas que se abren y cierran al impulso de las ondas, y, como cada una de estas conchas contiene una perla brillantísima, que por su precio sería un lujo en la corona de una reina, el efecto es deslumbrante.

(5) Hacía muchos años que el Rey del Mar, que habitaba bajo el techado de conchas, era viudo (6). Quien gobernaba su casa, con muchaprudencia, era su anciana madre. (7) Era una mujer muy inteligente, pero muy pagada de su nobleza: ¡llevaba doce ostras incrustadas en la cola, mientras los demás nobles estaban autorizados a llevar, como máximo, seis! (8) Pero, fuera de eso, la anciana dama se había hecho merecedora de los mayores elogios; sobre todo por lo mucho que quería y lo bien que cuidaba a sus nietas, las princesas del mar.(9) Eran éstas seis; las seis, bellísimas;( 10) aunque la menor era la más bella: su tez era delicada y clara como un pétalo de rosa, y los ojos, tan azules como el mar cuando el cielo se refleja en él. 11. Pero, al igual que sus hermanas, no tenía piernas: su cuerpo terminaba en cola de pez.

(12) Las princesas se pasaban todo el día jugando en las inmensas salas del palacio de su padre(13). Aquellos enormes salones tenían flores en sus paredes y, cuando se abrían los grandes ventanales de ámbar, los peces entraban nadando, así como entran en nuestras casas las aves cuando abrimos las ventanas. 14. Los peces se llegaban a las princesitas, comían de su mano y se dejaban acariciar.

15. Delante del palacio había un gran jardín con árboles de color rojo fuego o azul obscuro; susfrutos brillaban como el oro; 16.sus flores chispeaban como brasas, y sus ramas y hojas se balanceaban sin cesar. 17. El suelo era de arena finísima, azul como la llama del azufre. (18) Un maravilloso resplandor azulado descendía de lo alto, iluminando el conjunto. Más que estar en el fondo del mar, parecía que todo aquello estuviese flotando en el aire, con cielo por arriba y cielo por debajo. (19)Y, cuando no hacía viento, se podía ver el sol en lo alto21. una flor de púrpura de cuyo cáliz salían chorros de luz.

(20)Cada princesita tenía su propio trozo de jardín; allí podían cavar y plantar a su gusto. (21). Una había dado a su parcela forma de ballena; otra había preferido que semejase una sirena. La menor la había hecho redonda, como el sol, y la llenó de flores rojas como elfuego del sol.
(22) Era esta sirenita una chiquilla muy especial: callada y soñadora. (23). Y, mientras sus hermanas se enloquecían con los objetos más raros, procedentes de los barcos que naufragaban, y adornaban con ellos sus parcelas, (24) ella no tenía sino una estatua de mármol, además de las flores rojas como el sol. (25). La estatua representaba a un doncel, muy hermoso, finamente esculpidoen mármol blanquísimo. Las olas la habían arrojada al fondo del océano.( 26). La princesita plantó junto a la estatua un sauce llorón, este también de color rojo. (27). El sauce creció muchísimo y sus ramas hacían como una gruta sobre el doncel y proyectaban una sombra violeta sobre el arenoso fondo azul. (28).Era como si las ramas y las raíces jugasen a besarse.

(29) Lo que más encantaba...