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La Ciudad de la Esperanza

Inevitable es quejarnos del calor en las grandes ciudades, ese calor que parece que nos va a derretir, que es como una capa de aire ácidodesprendiéndose del pavimento. Esto se debe a que el pavimento y el concreto de edificios, casas y calles se calienta y refleja el calor, sinténdose aún más caliente lasciudades que el campo, sin tomar en cuenta que en las ciudades el viento es interrumpido por nuestros enormes edificios.
Existe una solución ecológica, autosustentabley “económica” para esto, son las famosas azoteas verdes, la inversión inicial es considerablemente alta debido a que se tiene que implementar un sistema de riego ydrenaje para que no se caiga el techo sobre los pobres oficinistas, pero tiene beneficios mucho más altos de lo que pudiéramos imaginar. Mejora la calidad del aire, regula latemperatura del inmueble y del clima local, recupera el ciclo natural del agua, amortigua el ruido, contrarresta la contaminación y lo mas importante coopera a salvarel planeta del cambio climático.
Pero bueno, obviamente pocas personas contamos con $1,300.00 pesos por metro cuadrado, pero si por cada edificio que hay en el distritofederal se plantara un árbol en la azotea de mediano tamaño, sería el equivalente a la cantidad de árboles que hay en Central Park.
Creo que es una propuestainteresante, no sólo ecológica sino socialmente, se imaginan la cantidad de señoras en minivan que sacaríamos de las calles si las tuviéramos plantando árboles y cuidándolos enlas azoteas en lugar de estar chachareando y chocando por la ciudad.
Señores planten hortalizas, salven al planeta, entretenga a su vieja y gaste menos en el super.