Licenciado En Enfermería

Como cualquier comienzo, el de aquella clase iba a ser raro. Y efectivamente así fue, había oído rumores sobre cómo era la asignatura, sobre cuál era su finalidad y lo bien que no lo íbamos a pasar.La primera vez que asistí a esa clase, el primer día, se me calló el mito. Estaba rodeado de 30 alumnos más que no había visto jamás y para colmo el profesor, Cornelio nos hizo cerrar los ojos y sercada parte de nuestro cuerpo durante los primeros minutos de clase. El decía que era para relajarnos, para olvidar lo que nos rodeaba… Si de verdad en eso consistía el ejercicio yo no lo hice bien enningún momento, pensaba en todo menos en mí. Luego nos pusimos en una especie de cuadrado para vernos todos las caras y comentar un texto que nos había proporcionado el profesor minutos antes, quetrataba de un elefante y su libertad.
Me fui de aquella clase con un sabor agridulce, puesto que no había sido como me esperaba (puesto que no estaba en mi “salsa”) pero sabiendo que tenía algo especialcon respecto a las demás asignaturas.
Pero sin duda alguna el peor momento fue el primer día de prácticas. Teníamos que darnos la mano, hablar, estar junto a personas que no habíamos visto nunca yteníamos que actuar con toda la confianza del mundo. En realidad yo me daba cuento que poco a poco me costaba menos entablar conversación estar al lado de una persona “desconocida” y demás aunquetodavía me costaba bastante y eso que yo soy un tío muy extrovertido y sin vergüenza alguna o por lo menos eso creía hasta que llegue ahí.
Así pasaron todas las clases y cada vez a mejor, cada día mecostaba un poco menos que el anterior, supongo que sería porque estaba habituado a hacerlo y porque sin duda alguna mi relación con el resto de los compañeros era mucho mejor, con más confianza.
Llegóel momento en el que empezamos a trabajar mi grupo y yo en la actuación que Cornelio nos había propuesto. Nos costó días textualmente el decidirnos sobre que íbamos a hacer. Tras mucho pensar y...