Licenciado En Semiótica
Páginas: 3 (611 palabras)
Publicado: 12 de diciembre de 2012
Los medios son la cultura.
Horrorizados por lo corriente del mundo que les rodea, los personajes de Elías Canetti son neuróticos avanzados. En Auto de Fe, el señor Kien, sinólogo sapientísimo,protege a sus libros de ser mancillados por la lectura de su esposa, una mucama con la que contra nupcias para abatir su soledad (producida por salir de lo ordinario). Canetti es un genial traductor dela desesperanza del individuo frente a la masa, frente a los productos de la masa.
Asustados entonces, los individuos asistían a la muerte de la cultura, al fin del mundo, como se había conocido.Era tal su pasmo que tomaron sus periódicos y leyeron.
El guiño que lo popular, manifiesto inconmensurable del mal gusto, cínico memorial del arrabal establecido pleno en la conciencia, no esdiscreto y seductor, como el de las artes. Impostura reiterada, añadido perverso en el tajo que al espíritu produce la ausencia espiritual, muerte de Dios, democratización, cambalache de Discépolo; lopopular funciona como prótesis irremediable, una y otra y otra y otra y otra escucha “la del moño colorado me trai todo el día mariado”, funciona como remedio frustrado al espíritu mudo del hombre modernoque negó al modernismo cualquier esplendor.
Los fascinantes excesos del arte figurativo, las afortunadísimas tendencias de la música dodecafónica, la profundidad maravillosamente confusa de lanovela psicológica, contrastaron con la simpleza afeminadísima del diseño nouveau y la Bauhaus, la sencillez armónica del Ragtime, y la contundencia grosera incluso de la novela rosa o el cómic. Lamediatización de la vida pública y las particulares condiciones del ejercicio periodístico, primero, y creativo después, fueron cajas de resonancia para que aquél mal gusto, criticado acremente desde Platón,se unificara en la sociedad de consumo creando la cultura de masas, manifestación ilegítima, por su fetichismo mercantil, del arte popular.
“To create or not to create” dilema superado por una...
Horrorizados por lo corriente del mundo que les rodea, los personajes de Elías Canetti son neuróticos avanzados. En Auto de Fe, el señor Kien, sinólogo sapientísimo,protege a sus libros de ser mancillados por la lectura de su esposa, una mucama con la que contra nupcias para abatir su soledad (producida por salir de lo ordinario). Canetti es un genial traductor dela desesperanza del individuo frente a la masa, frente a los productos de la masa.
Asustados entonces, los individuos asistían a la muerte de la cultura, al fin del mundo, como se había conocido.Era tal su pasmo que tomaron sus periódicos y leyeron.
El guiño que lo popular, manifiesto inconmensurable del mal gusto, cínico memorial del arrabal establecido pleno en la conciencia, no esdiscreto y seductor, como el de las artes. Impostura reiterada, añadido perverso en el tajo que al espíritu produce la ausencia espiritual, muerte de Dios, democratización, cambalache de Discépolo; lopopular funciona como prótesis irremediable, una y otra y otra y otra y otra escucha “la del moño colorado me trai todo el día mariado”, funciona como remedio frustrado al espíritu mudo del hombre modernoque negó al modernismo cualquier esplendor.
Los fascinantes excesos del arte figurativo, las afortunadísimas tendencias de la música dodecafónica, la profundidad maravillosamente confusa de lanovela psicológica, contrastaron con la simpleza afeminadísima del diseño nouveau y la Bauhaus, la sencillez armónica del Ragtime, y la contundencia grosera incluso de la novela rosa o el cómic. Lamediatización de la vida pública y las particulares condiciones del ejercicio periodístico, primero, y creativo después, fueron cajas de resonancia para que aquél mal gusto, criticado acremente desde Platón,se unificara en la sociedad de consumo creando la cultura de masas, manifestación ilegítima, por su fetichismo mercantil, del arte popular.
“To create or not to create” dilema superado por una...
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