Licenciado
Por: Harold Murillo Agredo
Desde la época de Gottfried Leibniz, 1.673 años en que inventó la Stepped Reckoner o primera máquina que podía ejecutar lascuatro operaciones aritméticas básicas a la época actual, los avances tecnológicos, han sido sorprendentes, hasta el punto, que todas las disciplinas de la ciencia, echan mano de ella para facilitar,hacer más práctico, efectivo y preciso el trabajo.
No podríamos abordar el desarrollo de la ciencia en la época postindustrial, sin las bondades y los aportes de la tecnología. Sin embargo, algunos deesos avances relacionados con la comunicación, ameritan y son en la actualidad, motivo de preocupación y discusión, particularmente en la Educación.
Me refiero a los “aparaticos” tal como yo losdenomino, llámese celular, IPod, Black Berry, tableta, reproductores de música, MP3, MP4, etc., aparte de requerir –algunos- audífonos, en lugar de ser un beneficio, se convierten en un problema en laEscuela. Y es lo que está ocurriendo en los salones de clase.
La pregunta es: ¿Y cuando no existía esa tecnología? El caso es que ahora ya existe, y no podemos soslayarla. “Esos medios, no son enemigosde la escuela, sino un excelente complemento para el desarrollo del estudiantado, siempre y cuando cumplan con exigencia permanente su función esencial”, pero en nuestro caso, parece que no. Ahoracon solo mover un botón, ya estamos conectados a una red o con un clic, encontramos la tarea de consulta, la investigación, etc.
Entonces, el “aparatico” en la clase desconcentra, interrumpe, haceperder la noción de lo que se habla, suena, produce sordera con los audífonos y lo más grave es que muchos, no se despegan de él, se ha convertido en un órganos más del cuerpo humano. Hay quienes nopueden andar sin ese “vital” órgano.
Los adultos tampoco nos escapamos, a menudo nos salimos del salón o de la reunión para atender el “aparatico” e igualmente, cuando estamos en la junta, pareciera...
Regístrate para leer el documento completo.